La imagen de la Virgen del Rosario es un hermoso cuadro pintado sobre una tabla de 18x24 cm aproximadamente y corresponde a la pintura colonial y que por sus características estéticas se aproxima a la escuela cusqueña, ejecutado por un artista muy diestro en el uso del pincel fino, cuyos detalles impresionan sobre todo en el tratado de los rostros. Actualmente esta incrustado con algunos adornos de plata y oro siguiendo el diseño original, obsequiado por sus devotos en agradecimiento a los milagros recibidos.
En verdad la obra artística es una compocisión triangular en cuya base se puede apreciar medio cuerpo en posición de tres cuartos la figura de Santo Domingo de Guzmán y Santa Rosa de Lima, estando en la parte superior del triángulo el rostro de la Virgen María, quien sostiene con el brazo izquierdo al Niño Jesús. En la parte superior dos querubines apenas muy suavemente sostienen su corona de plata, que a su vez está orlado con doce estrellas en círculo, esta descripción coincide con las sagradas escrituras del Apocalipsis de San Juan.
La historia nos dice que el padre y la madre agradecidos por el milagro recibido y junto a los vecinos más cercanos primero, iniciaron la veneración a la Virgen del Rosario, las que se celebran a partir de entonces el cuarto domingo del mes de octubre. Cada vez que se extendía la noticia del milagro se acrecentaba la fiesta, la pleitesía consistía además con la danza autóctona hecha cristiana, como por ejemplo las danzas llamadas el "patsa caballu", "los yuriguas", "los huancadanza", etc.
Año tras año esta festividad de la Virgen del Rosario se ha mantenido y crecido, por el entusiasmo de sus procuradores, los que sobresalieron como ellos estan don Timoteo Antúnez y Lizandro Jácome. Se implantó la corrida de toros, la festividad se compartió en dos domingos: "Día y Octava", siendo los procuradores los descendientes de los Macedo y posteriormente los Jácome, encargados de organizar el "Día", y los Antúnez encargados en la "Octava", que hasta hoy en día se respeta.
Se describe a la Virgen del Rosario como una dama muy fuerte de carácter, experta parturienta y de poca paciencia. Así mismo se cuenta que sus festividades han estado acompañadas de muchas riñas entre vecinos, las que siempre terminaban en grandes grescas.
Hubo un tiempo en que la imagen de la Virgen del Rosario compartía su templo con San Miguel, por lo que se confeccionaba el Altar Mayor y el Altar Menor, y si la corrida fallaba por ser mansos los toros, el procurador corría y sacaba la cadena de San Miguel, entonces se arreglaba la corrida con muchos eventuales toreros heridos.
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