En los primeros meses de esta persecución religiosa, María del Refugio había recibido una carta del Maestro General de la Orden de la Merced en la que la alentaba y compadecía por la crítica situación por la que pasaba la Iglesia en México. Por el mismo conducto escribía fray Luis Márquez Eyzaguirre, ofreciendo sus servicios para conseguir una fundación en Chile, su tierra natal, la que María del Refugio no dudó en aceptar. El contacto con algunos mexicanos en Lovaina y Estados Unidos, motivaron al Padre Márquez a hacer un viaje a México (1928) para ver por sí mismo la situación por la que pasaban los católicos. Se embarcó en el “Alfonso XIII”, llegando a Veracruz el 11 de marzo. En el vapor trabó amistad con un joven norteamericano; viendo providencial su compañía para despistar a los agentes, lo invitó a proseguir el trayecto juntos hacia la capital mexicana. El encuentro con María del Refugio lo calificó Márquez como la impresión más grande de su vida. Se hospedó en la Avenida Chapultepec, permaneciendo en la ciudad de México durante un mes, ocasión que aprovechó para proponer otras fundaciones: Cartagena en Colombia y Caltanissetta en Italia, que se realizarían, pero con no pocos contratiempos.
A raíz de la persecución religiosa la Congregación había iniciado su expansión en el extranjero. Hacia 1929 funcionaban con dificultades y penurias el noviciado de Oklahoma, dos colegios en Cuba, uno en la República de El Salvador, otro en Chile, otro en España, otro en Colombia y uno más en Italia. En México quedaban el gobierno general y los colegios de la Colonia Roma, Coyoacán y San Luis Potosí. La casa de Chapultepec estaba denunciada como escuela católica desde 1924, constando en el acta la existencia de una capilla. Desde 1926 había dejado de funcionar el colegio y a la fecha la habitaban únicamente el Consejo General y algunas niñas. Otras dependencias estaban ocupadas por familias o permanecían desocupadas. Pero la clausura del establecimiento y el alquiler de los departamentos, no lograron terminar con las frecuentes inspecciones de los agentes del Gobierno y el resultado de los cateos confirmaba la existencia de una comunidad religiosa. Previendo lo peor, María del Refugio hace demoler la capilla, para que, en caso de expropiación, no fuera profanada. Cuando ya la causa estaba perdida, alquila una casa en Coyoacán, que pasan a ocupar el 8 de septiembre de 1930, al ser despojadas del único inmueble que poseían y que habían adquirido con tantos afanes y sacrificios. Jamás se quejaría ni hablaría mal de quienes se apropiaron del patrimonio de la Congregación. Al comunicar la noticia a las Hermanas, lo hace diciendo: “Ultimamente se ha servido el Señor permitir que fuésemos despojadas de nuestra Casa Madre, que tantos sacrificios nos había costado y en la que teníamos colocadas tantas esperanzas. ¡Bendito sea el Señor en sus dones y hágase su divina voluntad!”.
La política del Gobierno estaba enfocada a manipular la instrucción para adoctrinar a las nuevas generaciones. El Presidente Abelardo Rodríguez reforma la Constitución para obligar la educación socialista y sectaria en todo el país, lo que su sucesor, el General Lázaro Cárdenas, se empeñaría en hacer cumplir. Los maestros de las escuelas públicas y privadas serían obligados a apoyar los fines de la educación socialista y a implantarla en las escuelas, así como propagar los postulados y principios del socialismo promovido por el Gobierno nacional, entre los que destacaba el combatir el catolicismo.
A raíz de la persecución religiosa la Congregación había iniciado su expansión en el extranjero. Hacia 1929 funcionaban con dificultades y penurias el noviciado de Oklahoma, dos colegios en Cuba, uno en la República de El Salvador, otro en Chile, otro en España, otro en Colombia y uno más en Italia. En México quedaban el gobierno general y los colegios de la Colonia Roma, Coyoacán y San Luis Potosí. La casa de Chapultepec estaba denunciada como escuela católica desde 1924, constando en el acta la existencia de una capilla. Desde 1926 había dejado de funcionar el colegio y a la fecha la habitaban únicamente el Consejo General y algunas niñas. Otras dependencias estaban ocupadas por familias o permanecían desocupadas. Pero la clausura del establecimiento y el alquiler de los departamentos, no lograron terminar con las frecuentes inspecciones de los agentes del Gobierno y el resultado de los cateos confirmaba la existencia de una comunidad religiosa. Previendo lo peor, María del Refugio hace demoler la capilla, para que, en caso de expropiación, no fuera profanada. Cuando ya la causa estaba perdida, alquila una casa en Coyoacán, que pasan a ocupar el 8 de septiembre de 1930, al ser despojadas del único inmueble que poseían y que habían adquirido con tantos afanes y sacrificios. Jamás se quejaría ni hablaría mal de quienes se apropiaron del patrimonio de la Congregación. Al comunicar la noticia a las Hermanas, lo hace diciendo: “Ultimamente se ha servido el Señor permitir que fuésemos despojadas de nuestra Casa Madre, que tantos sacrificios nos había costado y en la que teníamos colocadas tantas esperanzas. ¡Bendito sea el Señor en sus dones y hágase su divina voluntad!”.
La política del Gobierno estaba enfocada a manipular la instrucción para adoctrinar a las nuevas generaciones. El Presidente Abelardo Rodríguez reforma la Constitución para obligar la educación socialista y sectaria en todo el país, lo que su sucesor, el General Lázaro Cárdenas, se empeñaría en hacer cumplir. Los maestros de las escuelas públicas y privadas serían obligados a apoyar los fines de la educación socialista y a implantarla en las escuelas, así como propagar los postulados y principios del socialismo promovido por el Gobierno nacional, entre los que destacaba el combatir el catolicismo.
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