viernes, 20 de junio de 2008


REFLEXIÓN

¿A quien admiras tu?

"Las limitaciones físicas, no son impedimentos para que vuele tu alma”
...¿A quien admiras tu?

Tengo mucho cansancio físico, mi mente ya casi esta a punto de cerrar el circuito pero sabes?, no quise abandonarme en la seducción de mi cama sin antes compartir con cada uno de ustedes lo que acabo de presenciar.

Solo que antes de iniciar mi relato, quiero hacerte de una forma muy individual y personal la siguiente pregunta, ¿Tu a quien admiras?

Bien, seguramente las respuestas varían y eso esta perfecto, cada uno de nosotros tenemos ídolos, y al decir ídolos no me refiero exclusivamente a esos que se paran en un escenario y nos entretienen al compás de su danza y canto de su voz… Me refiero a esas personas que en realidad admiramos por su perseverancia, sus valores hacia el prójimo, hacia la vida.

Bien, hoy esta mañana regresaba a mi casa después de haber culminado mi guardia de la noche anterior, fue una noche muy productiva pero también agotadora, ya lo que quería, era cama, justo al estar preparándome para abandonarme en los brazos de Morfeo, recibí una llamada del 45 (hospital) donde me avisaban que el Sr. Rdgz Nieto (mi paciente) había sufrido un derrame cerebral y me tuve que ir nuevamente al 45…

Cuando venia de regreso a mi casa, manejando al compás del tráfico me percaté que en la acera, al lado derecho iba una persona, su paso era lento, mostraba una cojera obvia, y se veía que era prácticamente imposible para ella lograr un paso, iba sostenida por un bastón… de pronto, al empezar el cruce el bastón no fue suficiente para aguantar su paso causando que esta persona se desvaneciera y cayera al suelo. Los autos que venían al lado contrario de la calle, se detuvieron, pero que crees? Ninguno se bajo, que triste verdad? Son estas cosas las que te hacen reflexionar y meditar en si realmente tenemos caridad humana hacia nuestro prójimo.

Esperando a que el semáforo se tornara en verde, apagué mi auto y justo cuando estaba a punto de salirme a socorrerla algo me detuvo, esta persona mostraba signos de poco a poco ir levantándose… con mucho esfuerzo, pero logro ponerse de pie, cuando yo llegue hasta ella, le pregunte si estaba bien (creyendo que estaría afligida y en dolor) esta persona me recibió con una gran sonrisa y me dijo “cada día es un poco mas difícil” y me guiñó un ojo, su boca emanaba una dulzura y paz increíble cuando sonreía.

Cuando la ayudé a cruzar la calle, mas bien la acompañé (por que no me permitió tomarle su hombro), me dijo, ”gracias muchacho, aquí me pongo a esperar el camión que pasa por mi colonia” le pregunté donde vivía y me contestó que en las huertas, le ofrecí llevarla, al principio no quería aceptar, le mostré mi cédula y le dije que era medico y que podía confiar en mi, ella aceptó.

Rumbo a su casa íbamos charlando, me platicó que desde niña padece de ataques epilépticos entre otras cosas que le han impedido desarrollar una vida normal.

Que día a día es mucho mas difícil para esta persona levantarse pero lo hace por que sabe que a pesar de las adversidades que la enfrentarán en la calle, también se enfrentará con el éxito y la satisfacción de haber recorrido por lo menos un kilómetro, por que este significa “un kilómetro mas de vida a su vida”.

Al despedirme de ella, me dijo lo usual “que dios te bendiga” y si les confieso algo, nosotros como médicos estamos acostumbrados a esa frase, día y noche no la repiten pero sabes algo? Esta frase este día me llenó. Me llenó en todos los aspectos, te voy a decir por que…

Cuantos de nosotros muchas veces nos levantamos solo por que tenemos que enfrentar retos en nuestros trabajos, por que tenemos que hacerlo, por que tenemos que cumplir con nuestras “responsabilidades” que implica nuestra vida cotidiana? Lo hacemos incluso en ocasiones renegando y diciendo“en la m, ya nuevamente Lunes, que fastidio” o incluso nos enojamos por que en ocasiones no podemos hacer esto o lo otro por falta de tiempo o quizá por que esto, por que lo otro y tristemente caemos en la “es que fobia”.

Amigos, hay millones de seres, de personas dignas de admiración, por que a diario luchan con sus propios cuerpos que lejos de ser una ayuda son (y perdón por la expresión) una carga para ellos, pero un aliciente para su alma.

Millones de personas que aun sin poder prácticamente bajar un pie de la cama para vestirse, para caminar a sus lugares de trabajo, son personas que tienen una fuerza interior increíble, que sacan a diario la garra, la fuerza y el potencial para luchar con la misma vida, personas que el simple hecho de ponerse un calcetín o subirse el pantalón, causa gran dolor a su cuerpo pero que al lograrlo, sonríen aun a pesar del dolor por que se dan cuenta de el dulce sabor que te deja el haber logrado algo que prácticamente creías imposible.

Algunos ni siquiera pueden, por que no tienen movimiento alguno en su cuerpo. Estas personas las cuales llamamos cuadripléjicos deberíamos llamarlas “poderplégicos”.

Es curioso no? como son precisamente esas personas las que tienen el derecho a renegar son las que mas felices son, las que mas sonrisas muestran, y tu, yo, y el que me sigue, que estamos físicamente aptos para desempeñar cualquier actividad y enfrentar cualquier reto, muchas veces nos escondemos tras el temor, la amargura o la apatía eso solo por nombrar algunas cosas, que nos impiden ver la vida con optimismo y levantarnos diariamente desde abajo si es necesario para darle la frente en alto a la vida y luchar para que esta nos haga pedazos.

La próxima vez que veas a una personas con discapacidades físicas, o mentales, lejos de sentirles lástima, tenles respeto y admiración, por que son estas personas las que verdaderamente luchan a capa y espada diariamente con la vida, muchas veces solo para lograr algo tan sencillo como levantarse de su cama y dar unos pasos de vida a su vida…

Son estas las que verdaderamente entienden que “las limitaciones físicas, no son impedimentos para que vuele tu alma”

¿Y tu, ahora a quien verdaderamente admiras?
El joven y el paracaídas

Un joven turista se encontraba en las playas de Cancún y era la primera vez que subiría en un paracaídas jalado por una lancha. Si conoces la playa, sabes que los lancheros prestan ese servicio, que consiste en que un paracaídas es amarrado por una cuerda a una lancha.
Entonces, la lancha inicia su recorrido mar adentro, con el turista sujeto al paracaídas con un arnés. Este corre con el paracaídas en la playa por unos instantes, hasta el momento en que el turista despega los pies del suelo, el paracaídas se eleva hasta el cielo y la persona junto con el.

Imagínate, el joven no sabía nadar y tenía las siguientes preguntas en su cabeza:

¿Qué pasará si la lancha me arrastra mar adentro, antes de que me eleve el paracaídas?

¿Qué tal si una vez en el cielo, me caigo de semejante altura?

A pesar del miedo, decidió actuar y confiar en la incertidumbre. Sabía que era una experiencia nueva y era natural tener miedo. Pero también sabía que la vida es eso, experiencias nuevas y que tenía que estar abierto ante la vida.

Se puso el arnés. Escuchó con nerviosismo las últimas indicaciones del instructor. “Ruuuuuum” se escuchó el sonido del motor de la lancha que iniciaba su recorrido al mar. El joven comenzó a caminar al principio y después a correr a medida que la velocidad aumentaba.

Y llegó el momento en que tuvo que pegar un salto para evitar caer al mar “¡Guuuuuaaaaaauuuuuu!” no lo podía creer, el paracaídas se elevó y en cuestión de segundos, estaba a muchos metros encima, viendo el mar y los hoteles de la ciudad, como si fueran casas de juguete. Y sintió paz.

“Qué emocionante, nunca me hubiera imaginado que sería tan fácil y divertido” y disfrutó de la hermosa vista desde el cielo.

¿Qué podemos aprender de este joven? Es natural tener miedo ante lo desconocido. La imaginación crea mil y un fantasmas pero son eso. Fantasmas. No existen en realidad y son auto-creados.

Mi pregunta es: ¿Cuántos de nosotros evitamos tener experiencias nuevas por temor a lo desconocido?

Aún más fuerte: ¿Cuántos miedos imaginarios has acumulado durante tu vida, que te han evitado experimentar cosas nuevas y ser feliz?

“Muchos sinsabores he tenido en la vida, la mayoría de los cuales nunca me han ocurrido”. Exacto. Si analizas tu vida a la luz del pasado, descubrirás que lo que más temes nunca pasó y cuando sucedió, resultó ser una experiencia única y placentera.

Te invito a que busques dentro de ti, aquello que has evitado hacer por mucho tiempo, por culpa de esos fantasmas imaginarios y lo hagas.

¿Y quién sabe? Quizás disfrutes de una hermosa vista del cielo, como el joven de la playa.



Colaboración de Edgar Martínez
México

CONVIVENCIA DE PRIMERA COMUNIÓN: YO SOY EL PAN DE VIDA


REFLEXIÓN

miércoles, 18 de junio de 2008

SALMO DE CORAZÓN ABIERTO

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo.
Por ti, que me llamas de nuevo a la existencia,
Por ti, que animas mi vida y la despiertas.
Por ti, que abres mi corazón a la luz y lo llamas a estar atento, vigilante.
Por ti, que me quieres presente, unificada, toda entera y en armonía.

Tengo sed de ti, de tu amor y lealtad.
Tengo sed de ti, de tu paz y tu perdón.
Tengo sed de ti, de tu pureza y tu alegría.
Tengo sed de ti, de tu fortaleza y bondad.
Mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.

Todo mi ser se abre a tu gracia esperando el rocío de la mañana.
Toda mi vida tiende a ti esperando tu vida sin término.
Mi corazón, en mi interior, se alegra viendo tu fuerza y tu gloria en mí.

Tú me das razón para existir.
Tu vida es el sentido de mi existencia.
Tu lealtad vale más que la vida.
Tu amistad, más que todos los triunfos.
Quiero saciarme de tu presencia.
Quiero llenarme de tu Santo Espíritu.
Quiero sentirme en plenitud de tu gracia.

En el lecho me acuerdo de ti.
Tú estás despierto en mi noche.
Cuando me despierto en el silencio de la noche
mi corazón descubre que tú vives en él.
A la sombra de tus alas canto con júbilo.
Mi aliento está pegado a ti.
Tu amor me sostiene.

Mi corazón se alegra contigo, Dios mío, porque mi vida te pertenece.
Mi corazón se alegra contigo, Dios mío, porque tu vida me pertenece.

Oh Dios, por ti estoy siempre despierta.
Por ti me mantengo en pie, en vela.
Por ti madrugo siempre que se hace tiniebla en mi vida.
Por ti comienzo siempre, aunque me sienta cansada.
Oh Dios, tú eres mi Dios: ¡Un Dios vivo!