miércoles, 12 de agosto de 2009

REFLEXIÓN


A todas nuestras hermanas de Congregación
Presente



“Fuego he venido a traer a la tierra…”
Muy queridas hermanas:

Con muchísima alegría, el día 24 de agosto de 2009, día en que iniciamos el Mes de Nuestra Madre de la Merced, hemos recibido la noticia de la aprobación de la fundación en Colegual, por parte del gobierno general. Nos llena de gozo esta puerta que el Señor nos abre para llevar su mensaje al Sur de nuestra Patria, acercándonos al gran deseo de la madre María Teresa Cancino, quien deseaba que llegásemos ¡hasta Tierra del Fuego¡ ¡hasta la Patagonia!
Fueron las hermanas Adoratrices Perpetuas, religiosas de clausura; que están en el lugar quienes nos contactaron, por “casualidad”. La Hna. María Consuelo, buscaba en el directorio telefónico el número de un sacerdote mexicano (ellas son 7 mexicanas y 3 chilenas) y vio “Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento”, congregación mexicana. Allí se le ocurrió llamar, pues el Obispo, Monseñor Cristian Caro, les había manifestado el deseo de que fuese una congregación al lugar que ellas dejan, por haber construido su nuevo Monasterio y ellas mismas así lo deseaban, para que las personas no quedasen sin la presencia del Señor y con religiosas que les acompañen en su camino de fe.
La superiora, hermana María de la Santísima Trinidad, nos invitó a visitarlas. Fuimos con la Hna. Zulema Ramírez, pues supieron que había una mexicana entre nosotras y querían tener la oportunidad de encontrarse con alguien de su tierra.
Fueron unos días de gracia el poder compartir con ellas, que mantienen la adoración del Santísimo día y noche. Empezamos a preguntarle al Señor cuál sería su voluntad en esta invitación y a pedirle que nos descorriese el velo de su voluntad. Y, queridas hermanas, hemos visto las señales: el que sin conocernos, las hermanas nos hayan contactado a nosotras, el gran interés que muestran por la gente del lugar, en donde su motivación principal es que las personas no se queden solas, pues no hay otra congregación religiosa ni capilla en esos lugares, que las personas tengan quien les hable de Dios y les acompañe en la fe, que Cristo Redentor mantenga su presencia eucarística en medio de este pueblo; la gran comunión espiritual que se creó inmediatamente entre las hermanas Adoratrices y nosotras y el compromiso de oración que ellas asumieron de una manera que nos sobrecogió: “nosotras seremos las raíces profundas, ocultas, para que ustedes sean el árbol frondoso en donde vengan a cobijarse muchos bajo el sol de la eucaristía”; su gran solidaridad y generosidad para con nosotras al compartirnos lo que ellas tienen en su casa y dejarnos las cosas necesarias para comenzar. La actitud del Obispo, Monseñor Cristian Caro, sus palabras al destacar las “coincidencias”: congregaciones eucarísticas, el día de la audiencia fue el 10 de agosto, fecha de la fundación de la Orden de la Merced, la presencia de Nuestra Sra. de Guadalupe ( a ella está dedicada el Monasterio y a San José) y nuestro origen mexicano.
Día a día compartido en Colegual, fuimos enviando a todas las hermanas de la provincia nuestras vivencias y la información que recogíamos. El día 16 de agosto convocamos a Asamblea provincial de discernimiento, en donde la gran mayoría de las hermanas se pronunció a favor. En sesión de consejo, que “coincidió” con el día de San Pío X, el Papa de la Eucaristía, el gobierno provincial aprobó la fundación y enviamos la solicitud a la R.M. María de la Luz Acosta y consejo general.
Las palabras de las hermanas en la asamblea de discernimiento, fueron palabras de vida: ¡seamos como María del Refugio, audaces! ¡confiemos, como ella, en la Providencia de Dios! ¡La Madre María Teresa Cancino quería que sus mechitas llegaran hasta la tierra del fuego! ¡Seamos como ella y como nuestras primeras hermanas que no se detuvieron a “calcular”! ¡puede ser ocasión de vida nueva! ¡de crecimiento! ¡lugar de vocaciones! ¡No nos hagamos sordas a la invitación del Señor a través de la Iglesia! ¡El Señor quiere que se abran nuestras puertas para El! ¡Es respuesta a la oración pidiendo que el Señor nos abra caminos! ¡Es tiempo de misión! ¡salgamos de nuestro acomodamiento y respondamos con generosidad a la llamada de Dios en la invitación del Obispo!
Personalmente he tenido muy presente la insistente súplica de madre María Elena Aliaga y que, estoy segura, ha seguido haciendo en el cielo “¡Señor, restaura nuestra provincia! súplica que asumí como herencia. Y he leído la respuesta del Señor en la tremenda disponibilidad manifestada por las hermanas, que no han puesto como excusa ni la edad ni la enfermedad y se han ofrecido a “partir a lo desconocido” confiadas y contentas… He visto su respuesta en la expresión de sus rostros iluminados por la alegría y la esperanza ante esta puerta que se abre y la he sentido en mi mismo corazón: ¡Es el Señor quien nos urge!. Es su llamada a volver a la fuente inagotable de amor redentor que es la Eucaristía. Durante las asambleas pre capitulares y en el capítulo mismo, manifestábamos nuestro anhelo de tener un “lugar que nos oxigenara espiritualmente” El Señor respondió y nos dijo simplemente: “Aquí está” … Colegual será un oasis en nuestro desierto, será la fuente, el manantial de vida nueva para nuestra provincia… “¿de galilea puede salir algo bueno?”… estamos seguras que sí… volver a lo pequeño, a la sencillez… Y desde ese íntimo contacto con El, ir con El a las casas, a las familias “para que estos pueblos, en Cristo, tengan vida” y florezcan nuevas vocaciones para nuestro Instituto.
Las hermanas que irán, lo harán en nombre de toda nuestra Congregación. Les pido que, desde ya, oremos por ellas, para que sean verdaderamente una en Cristo… para que el pequeño mundo al que son enviadas, crea… y tengan vida en El y, por su oración y testimonio, el Señor envíe las vocaciones que necesita nuestro instituto. Ellas son:
Hermana Marisol Cruces Sanzana, como superiora local
Hermana Martha Moraga Millán
Hermana Ana María La Rosa Carvajal
Hermana Gertrudys Gálvez Silva, siempre que su salud se lo permita. Ella tiene su tratamiento el día 1 de septiembre.

El domingo 30 de agosto tendremos la eucaristía de envío de nuestras hermanas con la participación de todas las hermanas de la Provincia y la partida de la comunidad a Colegual será el día miércoles 2 de septiembre.
En el corazón eucarístico de nuestro Redentor y bajo la protección de Nuestra Madre de la Merced ponemos la fundación y, sobre todo, a nuestras hermanas.
Queridas hermanas, en el Año de la Eucaristía, Año Jubilar, un nuevo sagrario se abre…
Que María del Refugio y nuestras primeras hermanas en la Congregación nos alcancen, de Dios, la bendición.
Fraternalmente,

Myriam Valenzuela Lay hmss
Superiora Provincial

Santiago, Agosto de 2009 En el Mes de Nuestra Madre de la Merced
Año de la Eucaristía
“Evangelizar con María a la luz de la Eucaristía”

martes, 11 de agosto de 2009

lunes, 10 de agosto de 2009

domingo, 9 de agosto de 2009

EL EVANGELIO DEL DÍA DOMINGO



Decimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario
Hoy la Iglesia celebra : Santa Otilia, Santa Edith Stein

Leer el comentario del Evangelio por : San Cirilo de Alejandría «El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo»


Evangelio según San Juan 6,41-51.

Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan bajado del cielo". Y decían: "¿Acaso este no es Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo puede decir ahora: 'Yo he bajado del cielo'?" Jesús tomó la palabra y les dijo: "No murmuren entre ustedes. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí. Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.