jueves, 24 de septiembre de 2009

¿ QUÉ ES LA PLAGARIA EUCARÍSTICA? ¿Qué significado tienen cada una de sus partes?

CATEQUESIS SOBRE LA PLEGARIA EUCARISTICA (I)
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomen esto es mi cuerpo”. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: “Esta es mi sangre, la sangre de la Alianza, que se derrama por muchos.”. Marcos 14, 22-24 PARTIR DE LA REALIDAD (VER) Para muchos es una larga y latosa fórmula "para consagrar" el pan y el vino...Momento en que decae el interés, después de la Liturgia de la Palabra, la Oración universal, la procesión de los dones...un poco más "entretenidos". La asamblea queda pasiva, esperando el rito de la paz y la comunión... Causa principal de esta triste constatación: la ignorancia de lo que es ese corazón de la misa.

¿Desde cuando no hemos hecho una catequesis sobre el tema? o por lo menos, aprovechamos la Homilía - que es la bisagra entre las dos mesas de la Palabra y la del Cuerpo - para hacer la relación entre la Palabra anunciada-vivida, y su realización en la Eucaristía ("el Verbo se hace Carne") como lo indica Puebla (documentos conclusivos de la Conferencia Episcopal), al hablar de la homilía (930). Y todos nos preguntamos cómo hacer de este momento, que debería ser de intensa participación no sólo por la disposición fundamental que se requiere de cada uno en ofrecerse con Cristo (Cf. Rom. 12,1), sino también ¿con qué recursos podemos contar? Se supone que el sacerdote conoce la estructura y el contenido de la P.E., pero ¿y los fieles? Estas notas se proponen para ayudar a descubrir la Plegaria Eucarística y hacer de ella el momento de mayor participación.

1. ¿Qué es la Plegaria Eucarística?

2. ¿Sabemos realmente qué es lo que sucede en la Plegaria Eucarística?

3. ¿Cuál es la participación de la comunidad en la Plegaria Eucarística?

I. QUE ES LA PLEGARIA EUCARISTICA (JUZGAR)

La IGMR (Introducción General al Misal Romano) habla de la Plegaria Eucarística en dos capítulos : - cuando describe la estructura de las partes de la misa y su contenido n. 78-79. - cuando describe la manera de celebrar de parte del sacerdote, n.139-165/ (100-122) En los n. 78-79 se enumeran los elementos de la Plegaria Eucarística y su contenido: - Acción de gracias y aclamación - Epíclesis de consagración - Memorial de la Institución (consagración) - Anamesis de la Pascua - Ofrecimiento de Cristo y de los fieles - Epiclesis de comunión - Intercesiones de comunión eclesial - Doxología A primera vista la plegaria eucarística, que es el corazón de la misa, podría aparecer como un mosaico de elementos dispares. Es indispensable presentarla en una visión de conjunto, para que aparezca la unidad profunda de lo que es el corazón de la misa, y cómo se encadenan mutuamente los distintos elementos.

Y para eso, destacar su aspecto trinitario que apunta a la edificación de la Iglesia :(Cf. De Lubac : "La Eucaristía hace la Iglesia"). A) ¿Que es la Misa ? A quien preguntaría ¿qué es esencialmente la misa ? No se le puede contestar por una serie de elementos aparentemente dispares. Habría que contestarle : La Misa es un MEMORIAL (Cena: Palabra y Cuerpo), es decir que actualiza el paso de Jesús en su muerte y resurrección para hacernos participar de él. Es fundamentalmente una alabanza al PADRE que resucitó a CRISTO que habíamos entregado a la muerte, y que nos comunica su ESPÍRITU. Nos hace entrar en éste su misterio pascual y nos hace así IGLESIA: "El pueblo que saca su unidad de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". (S. Cipriano, citado en LG 4). B) ¿ Qué es la Plegaria Eucarística ? Esta definición de la misa se encuentra como concentrada en la Plegaria eucarística, en que :

1. Alabamos al Padre - (Prefacio y Santo-Doxología final).

2. Recordamos a Cristo : Memorial de la Institución : - "anamnesis" de la Asamblea y del sacerdote

3. Invocamos al Espíritu Santo: - sobre el pan-vino (Epiclesis de consagración) - sobre la Asamblea (Epiclesis de comunión)

4. En comunión con la Iglesia que se edifica por la Eucaristía: - del cielo ( Iglesia celestial) - de la tierra (Iglesia peregrinante) - de los difuntos (comunión de los santos) (Intercesiones)

Estos 4 aspectos se desmenuzan en los elementos siguientes que desarrollamos brevemente en vista a una catequesis de la Plegaria : 1. Prefacio y Santo En la Plegaria Eucarística, el sacerdote actúa "in persona Christi": Lo reconoce la Asamblea al contestarle: "Y con tu espíritu", a su invitación: "El Señor esté con ustedes!" La IGMR n 31/11 recomienda al sacerdote que preside, hacer aquí una monición mistagógica, en la cual puede actualizar la Acción de gracias según las circunstancias o según el mensaje de la Palabra (vincular la Liturgia de la Palabra con la Eucaristía). "Prefacio" aquí significa " Proclamación": se proclama la alabanza/ bendición/ acción de gracias al Padre, por toda la obra de la salvación, o algún aspecto particular de la misma, según los diversos tiempos o fiestas. Los motivos son numerosos; el Misal trae más de 150 prefacios, cada uno con un motivo particular de acción de gracias. Importancia de la preparación: en vez de utilizar cualquier prefacio, el sacerdote se esforzará de elegir el que más se compagina con el mensaje de la Palabra del día. La conclusión del Prefacio asocia al cielo y a la tierra para cantar la gloria de Dios.

La asamblea hace suya la Acción de gracias proclamada, prolongándola con el canto del SANTO que recoge palabras del AT y NT, particularmente del Apocalipsis (4,8) cuando Juan relata que los cuatro seres "repiten sin descanso, día y noche: "Santo, santo..." y de la aclamación al Hijo de David en la entrada de Jesús en Jerusalén: "Hosanna...Bendito el que viene" (Mt 21,9). El Santo es una aclamación bíblica que no puede ser sustituida por ningún otro canto: Jesús, el Hijo de David aclamado en su entrada a Jerusalén, es el centro de la alabanza eucarística. Es El que viene ahora, y por su Pascua glorifica al Padre. Entre el Prefacio-Santo y la primera epiclesis siempre se da una transición que las une. La III P.E., por ejemplo, la expresa en esta forma : "Santo eres en verdad, Señor, y con razón te alaban...”; y la II:" Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad ". 2. Epiclesis de consagración El sacerdote invoca al Espíritu Santo para que descienda y, por su acción, sean trasformados el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. (Epi-clesis= "llamar sobre" ). Lo hace extendiendo sus manos sobre la patena y el cáliz: gesto tradicional de la comunicación, que evoca el momento de la Encarnación, cuando el Espíritu cubre con su sombra a María, y el Verbo se hace carne en sus entrañas. La Eucaristía prolonga la Encarnación. La señal de la cruz sobre el pan y el vino es el signo de la presencia de la Redención, finalidad de la Encarnación. 3. Narración de la Institución y consagración. El sacerdote recuerda el momento de la última Cena en que Cristo instituyó la Eucaristía, narrando o evocando ese momento: Tomó en sus manos el pan y luego el cáliz y bendijo al Padre, pronunciando la plegaria de bendición.

Repite las palabras de Cristo, y lo hace en primera persona en virtud del sacerdocio ministerial del cual ha sido investido, indicando con ello que actúa "in persona Christi", es decir como instrumento y representante personal de Jesús. Momento cumbre, la IGMR prevé destacarlo con las genuflexiones, incensación posible, y toque de campanilla en cada elevación (n.150) 4. Proclamación del memorial : ANAMNESIS Anamnesis (del griego "mnêmè") designa el acto de hacer memoria: "Al celebrar el memorial...te ofrecemos”: estamos aquí en el corazón de la misa. Vaticano II, inspirándose en los ritos orientales, ha introducido una aclamación de anamnesis confiada a la asamblea, por la cual ésta se dirige a Cristo y lo alaba por el misterio central de su muerte y de su Resurrección en la espera de su venida en gloria. Los fieles se dirigen directamente a El: es la única vez en la Plegaria Eucarística; y eso le toca a la Asamblea!

Hay en esta aclamación una paradoja intensa : los cristianos creen en la presencia del Señor "siempre presente en su Iglesia, sobre todo en las acciones litúrgicas...presente en el sacrificio de la misa...y sobre todo bajo las especies eucarísticas" (SC n,7), y sin embargo la Iglesia los invita a decir: "Ven!" : el Señor está presente bajo la forma del pan y del vino que el Espíritu ha santificado, pero lo que hace la Iglesia, celebrando su liturgia eucarística, lo hace siempre en la espera de la venida del Señor en la gloria: "Cada vez que comen de este pan y beben de este cáliz, ustedes proclaman la muerte del Señor hasta que venga (1 Cor 11, 26). Por eso es capital que esta aclamación de anamnesis haga mención de esta espera de la venida del Señor. La Eucaristía es el sacramento que celebra la Iglesia porque todavía el Señor no ha vuelto en plenitud, sino solo bajó el velo del signo-sacramento.

Hacer memoria es : - fundarse en un evento de la salvación histórico y pasado: * "Gloria a Ti que has muerto"; - para anunciar su actual realización, sobre todo en la Eucaristía: * "Gloria a Ti que estás vivo"; - y llamar su realización plena : * "Ven, Señor Jesús" ! Primero lo hace la Asamblea. El sacerdote invita a la Asamblea a hacer memoria del misterio de la redención contenido en el "Hagan esto como mi memoria". Las 3 fórmulas de la asamblea lo expresan de manera distinta. Se anuncia el misterio de la presencia de Cristo que sólo es visible a los ojos de la fe; en un "sacramento"( o misterio), es decir, una realidad sensible o visible (pan y vino), que contiene lo invisible, en este caso al mismo Cristo muerto y resucitado. Luego el sacerdote proseguirá la "anamnesis",cumbre de la narración, recordando la Muerte, Resurrección, Ascensión y segunda Venida gloriosa del Señor. 5. Segunda Epiclesis y ofrecimiento del Sacrificio Cristo se ha hecho presente en virtud de las palabras de la consagración. Viene ahora a renovar, a reactualizar (ése es el sentido del memorial) su ofrenda al Padre como víctima viva de expiación por nuestros pecados.

La Iglesia hace entonces suya su ofrenda y, con El, se presenta al Padre. Es Cristo quien se ofrece y en El y con El, la Iglesia, todos los que participan activamente en la celebración eucarística: "Yo les exhorto, hermanos, a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa, y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer"(Rom l2,1). Las distintas plegarias lo expresan de manera particular, mostrando que la anamnesis o memorial y el ofrecimiento son estrechamente unidos: • "Por eso, al celebrar este memorial...te ofrecemos el Pan de Vida y el Cáliz de salvación" (II) • "Te ofrecemos en esta acción de gracias el sacrificio vivo y santo" (III) • "Te ofrecemos su Cuerpo y Sangre, sacrificio agradable a Ti y salvación para todo el mundo" (IV) ... ejercicio del sacerdocio bautismal de los fieles celebrantes.

Si Cristo renueva sacramentalmente su ofrenda al Padre, es para hacer posible que nos incorporemos a ella. Por eso, se invoca de nuevo al Espíritu, en una segunda Epiclesis, llamada "Epiclesis de comunión" para que: - "el Espíritu Santo nos transforme en ofrenda permanente... y que formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu" (III), - "el Espíritu Santo nos congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo...(II) - "que, congregados en un solo cuerpo por el Espíritu Santo, seamos en Cristo víctima viva para tu alabanza" (IV) 6. Intercesiones y comunión eclesial Luego de la epiclesis de comunión, que implora al Espíritu Santo a fin de que seamos un solo cuerpo y un solo espíritu en Cristo, la Liturgia nos invita a expresar nuestra comunión con la Iglesia en todas sus dimensiones. - Con la Iglesia militante aquí en la tierra (Papa, Obispo de la Iglesia local, clero, y todos los fieles. - También nos invita a unirnos a los fieles difuntos (Iglesia purgante), particularmente a aquellos que se encuentran en una etapa de purificación. - Nos unimos igualmente a los que ya han llegado al cielo (Iglesia triunfante), especialmente a la Santísima Virgen María y los santos.

En la plegaria eucarística, el sentido "ascendente" es dominante, es decir, la glorificación del Padre, la gratitud y alabanza; pero en ella se da lugar a una dimensión "descendente", es decir, nuestro propio beneficio, lo que esperamos como fruto de la ofrenda de Cristo. Pedimos paz y unidad, salvación, confirmación en la fe y la caridad, ser asociados a los santos y compartir con ellos la vida eterna para glorificar siempre al Padre por Cristo. Las distintas plegarias lo expresan extensamente.

7. Doxología final

La plegaria eucarística concluye en forma solemne con la doxología final, de modo semejante y en el mismo sentido de su inicio en el Prefacio: Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos ! La Iglesia congregada en la asamblea que celebra la Eucaristía, ensamblada en la unidad por el Espíritu Santo en Cristo, por El y en El, glorifica al Padre. El sacerdote, elevando bien alto la hostia y el cáliz (signo expresivo de Cristo "mediador" entre el cielo y la tierra), en un magnífico canto de alabanza, expresa así el sentido profundo de la acción litúrgica: el honor y la glorificación de Dios Padre en Cristo Jesús. Los fieles responden a esta aclamación con un decidido AMEN, como un "SI, lo confirmamos y confesamos!", lleno de alegría.

II. ORIENTACIONES PRÁCTICAS PARA LA PARTICIPACION ACTIVA DE LA ASAMBLEA (ACTUAR Y CELEBRAR)

1. Conocimiento de lo que es la Plegaria eucarística, tanto de parte del sacerdote como de los fieles. De allí, la importancia de una catequesis periódica. Los elementos del capítulo precedente pueden orientar.

2. De parte del que preside: respeto estricto de las normas: - así, no inventar gestos no previstos; - no añadir comentarios o fervorismos o expresiones de piedad personal. "la monición se hace antes del prefacio pero nunca dentro de la plegaria eucarística" IGMR n.31. - inventar gestos por su propia cuenta: p. ejemplo romper la Hostia antes de la consagración, a la palabra "lo partió", como si fuera un mimo.

3. Evitar invadir la plegaria con largas listas de difuntos como si fuera un noticiero necrológico! Es la mejor manera de aburrir a la mayoría de los fieles y de ahuyentar a los jóvenes, para quienes "la misa es un asunto de muertos"(sic). La plegaria no es el lugar. Pueden leerse antes de empezar la misa, pero no en la Oración universal ni en la plegaria. La misa es el memorial de la Pascua del Señor, no el memorial de los difuntos que tienen la suerte de tener a alguien que pague para que se lean sus nombres en la misa. Es bueno recordar también para los sacerdotes la advertencia de San Pablo: “Examinarse para que no se vayan a condenar al comer indignamente el Cuerpo del Señor”... también al hacer del memorial de Cristo un negocio...

4. Superar lo rutinario: - la monotonía, la falta de expresividad con que se leen los textos; - la nerviosa búsqueda del prefacio o de la P.E., mientras mecánicamente se introduce el diálogo previo al prefacio; - el apresuramiento con que se "despacha" la plegaria eucarística; - la ausencia de pausas donde el misal sabiamente lo indica; - la forma mecánica de dirigirse al pueblo: " Oren, hermanos para que...Levantemos el corazón... Aclamen el misterio de nuestra fe...Dense la paz..."

5. Importancia de la "monición mistagógica", después del "El Señor esté con ustedes", como una "pausa refrescante" en el cúmulo de palabras leídas...algo un poco más personal, para actualizar la palabra que se ha proclamado y comentado en la homilía, relacionando el alimento de la Palabra con el rito que lo encarna... Y después, se puede invitar con un alegre entusiasmo: "¡Levantemos el corazón!” Importancia también de la elección del prefacio y de la Plegaria, según el mensaje de la Palabra proclamada y vivida.

6. Belleza de los pocos gestos durante la plegaria: - imposición de las manos sobre el pan y el vino; - gesto de la bendición sobre los mismos; - discreta inclinación al repetir las palabras del Señor; - elevar, para "mostrar" (a la altura del rostro) el Pan y el Cáliz; - Genuflexión (que no hay que alargar demasiado) o profunda inclinación para los que ya tienen las rodillas oxidadas... - "Elevar" lo más alto el Pan y el cáliz para la doxología final, y que puede prolongarse durante el canto del "Amen". ( visibilidad del Sacerdocio de Cristo, Sumo y Eterno "Mediador" entre Dios y la humanidad). Este Amén debería ser siempre cantado. No es para tomar el lugar del sacerdote que algunas asambleas se pusieron a rezarla junto con el sacerdote (-culpable: la concelebración!-), sino porque un breve "Amén" no les parece suficiente para ratificar y sellar toda la plegaria eucarística. Dicho esto, se dispone hoy de fórmulas que dejan al sacerdote la proclamación cantada del texto que le pertenece, al mismo tiempo que se amplifica la participación de la asamblea, sea interrumpiendo la fórmula con varios "Amén", sea amplificando el "Amén" por su repetición.

7. Importancia de las intervenciones (si fuese posible… siempre cantadas) de la Asamblea; - Santo (que forma parte del Prefacio); - Aclamaciones de anamnesis después de la consagración (y no cualquier canto, como "Alabaré!" u otro, que son como un "quiste" en este momento de la misa; - Amén final de la Doxología. Es el "Amen" más importante de la misa que tiene su eco en el "Amén" al Cuerpo de Cristo que se recibe en el momento de comulgar...

Pbro. Lic. Lorenzo Hernández Managua Bibliografía: - Vaticano II, Sacrosactum Concilium. - Introducción General al Misal Romano - De Lubac : “La Eucaristía hace la Iglesia”.

- Manual de Liturgia del CELAM - BOLETÍN DE INFORMACIÓN, SERVICIOS Y COORDINACIÓN DE LA COMISIÓN NACIONAL DE LITURGIA - CHILE ABRIL 2001.

NUESTRA SEÑORA de la MERCED


Los últimos siglos de la Edad Media, el sur y el levante español estaban en poder de los árabes y con su vidas en vilo. El Mediterráneo estaba infestado de corsarios turcos y de sarracenos, y lo mismo atacaban a los barcos que desembarcaban en las costas y se llevaban cautivos a muchos.

La cautividad o esclavitud era una calamidad terrible de la humanidad. De cuando en cuando surgían almas generosas y se ponían a actuar. Un santo varón, el clérigo sevillano D. Fernando de Contreras, con la ayuda de la Loca del Sacramento, Doña Teresa Enríquez, y con el aliento de San Juan de Avila, fue una de esas almas generosas en favor de los cautivos.

Otra alma caritativa, suscitada por Dios, fue San Pedro Nolasco, de Barcelona, llamado el Cónsul de la Libertad. Rogaba insistentemente a la Virgen María y se preguntaba cómo poner remedio a tan triste situación.

Pronto empezó a actuar. Vendió cuanto tenía y empezó la compra y rescate de cautivos. La noche del 1 de agosto de 1218, estando Nolasco en oración, se le apareció la Virgen María, le animó en sus intentos y le transmitió el mandato de fundar la Orden Religiosa de la Merced para redención de cautivos. Pocos días después, Nolasco, ayudado por D. Jaime el Conquistador y el consejero real San Raimundo de Peñafort, cumplía el mandato. Los mercedarios se comprometían con un cuarto voto: quedarse como rehenes, si fuera necesario, para liberar a otros más débiles en la fe.

De este modo, a través de los miembros de la Nueva Orden, la Virgen María, Madre y Corredentora, Medianera de todas las gracias, aliviaría a sus hijos cautivos y a todos los que suspiraban a ella, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. A todos daría la merced de su favor.

La Virgen María será invocada desde ahora la advocación de la Merced, o más bello todavía en plural: Santa María de las Mercedes, indicando así la abundancia incontable de sus gracias. ¡Hermosa advocación y hermoso nombre el de Mercedes!

Santa María de las Mercedes concedería a sus hijos la merced de la liberación. Alfonso X el Sabio decía que "sacar a los hombres de captivo es cosa que place mucho a Dios, porque es obra de la Merced".

Bajo la protección de la Virgen de la Merced, los frailes mercedarios realizaron una labor ingente. Ingentes fueron también los sufrimientos de San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato y San Pedro Armengol. Y no faltaron mártires como San Serapio, San Pedro Pascual y otros muchos.

El culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia, a partir del siglo XIII. El año 1265 aparecieron las primera monjas mercedarias. Los mercedarios estuvieron entre los primeros misioneros de América. En la Española o República Dominicana, por ejemplo, misionó Fray Gabriel Téllez (Tirso de Molina).

Barcelona se gloria de haber sido escogida por la Virgen de la Merced como lugar de su aparición y la tiene por celestial patrona. "¡Princesa de Barcelona, protega nuestra ciudad!"

En el museo de Valencia, hay un cuadro de Vicente López en el que varias figuras vuelven su rostro hacia la Virgen de la Merced, como Implorándola, mientras la Virgen abre sus brazos, extiende su manto, cubriéndolos a todos con amor, así su titulo de Santa María de la Merced.

miércoles, 23 de septiembre de 2009


EL ESCUDO MERCEDARIO

Cuando el Rey Conquistador (del reino de Aragón), al fundar la Orden de la Merced, creó para ella un hábito militar, colocando en jefe sobre sus propias armas reales la imagen de la Santa Cruz, entonces el escudo de Aragón (hoy el escudo mercedario) fue elevado por el emblema de la divina redención y en virtud de legítima determinación real, de un sentido sobrenatural.

La mayor importancia se da a la Santa Cruz: “Para que perpetuamente llevemos la cruz de plata sobre las armas de Aragón, en honor del Señor”, dejó consignado el Rey Conquistador.

Nuestro escudo es la forma de materialización del anhelo heroico del apóstol: la caridad de Cristo nos urge. Nuestro escudo no es ninguna reminiscencia, ni una condecoración: es un imperativo, el más sublime, en perpetua vigencia.

lunes, 21 de septiembre de 2009

EL ESCUDO

El Escudo Mercedario sintetiza el anhelo heroico del apóstol:


“La caridad de Cristo nos urge”.


Significado de los metales y de los colores que lo constituyen:

» Oro: benignidad y nobleza

» Plata: inocencia y pureza.

» Rojo: amor y caridad.

MERCEDARIOS EN EL MUNDO

MERCED


MARIA DE LA MERCED

“María es el principio de libertad, entrega, Amor Redentor, sacrificio por los demás, que define y expresa nuestra Espiritualidad Mercedaria”.

La advocación de Nuestra Señora de la Merced se remonta al año 1218. En España en tiempos en que los cristianos eran perseguidos por creer en Cristo, un grupo de laicos encabezados por Pedro Nolasco se dedicaban a rescatar de las mazmorras a los cristianos que peligraban perder la fe y eran maltratados en su dignidad de personas.
Se habían quedado sin recursos materiales y el desánimo comenzaba a apoderarse de ellos.

En la noche del 1 al 2 de agosto se encontraba Pedro en oración cuando recibe de la misma Virgen María la misión
de fundar una Orden Religiosa que se dedicara a la redención y llevara la libertad a todos los que estaban cautivos.
Así, el 10 de agosto del mismo año Pedro Nolasco funda la Orden de la Merced en la Iglesia, para realizar
el apostolado redentor y liberador.

María de la Merced significa y fundamenta para la Familia Mercedaria el gesto de misericordia de Dios a favor
de la humanidad.Juan Pablo II en su Encíclica “Rico en Misericordia”, invoca a María Virgen de la Misericordia, como expresión del amor de Dios que ofrece a los caídos su cuidado, su cariño y su asistencia.

La misericordia de Dios se hace presente en los gestos de caridad, de entrega, de amor a los hermanos, a semejanza de Cristo que entregó su vida por la redención de todos los hombres.

María de la Merced es consuelo de los cautivos e inspiradora de una obra de Redención para aquellos que viven cualquier tipo de esclavitud, de opresión y de quienes se encuentran en peligro de perder la fe y la dignidad.

Ella nos guía para vivir la verdadera libertad de los hijos de Dios.

VIDA Y OBRA DE MARÍA DEL REFUGIO AGUILAR Y TORRES.




1. NACIMIENTO E INFANCIA

“Cada día, su amanecer"

21 de Septiembre de 1866. Era un día de fiesta en la bella Ciudad de San Miguel de Allende, Estado de Guanajuato, México, pues se celebraba el primer día de la novena al Patrono de la Ciudad.

Cuando en el reloj sonaban las 20:30 horas los señores Ángel Aguilar y Sautto y Refugio Torres y López trajeron al mundo a su primogénita.

Tres días más tarde fue bautizada en la Iglesia Parroquial, recibiendo los nombres de: María Refugio, Guadalupe, Josefa, Francisca de Paula, Rafaela, Federica y Luisa. Aquella fecha (24 de Septiembre) será significativa en su vida, la niña recién bautizada fundará un Instituto Religioso dedicado a María de la Merced.

Pronto la familia Aguilar y Torres empezó a crecer. A María del Refugio siguieron siete hermanos (Ángel, Carmen, Francisco, Eduardo, Alonso, María y José María) que desarrollaron su vida en un ambiente de gozo y piedad cristiana.

Como en todas las familias acomodadas y creyentes, el primer cuidado de los padres fue dar a sus hijos una esmerada educación.


Mª del Refugio Aguilar a los 4 años.María del Refugio fue formada para ser ama de casa. Aprendió solfeo, un poco de francés, tejer, bordar y cocinar, recibiendo las clases en su mismo hogar; no obstante con el tiempo adquirió una vasta cultura por su afición a la lectura y su trato social.

Al llegar la edad de la Primera Comunión (1878) su madre se esmeró en prepararla y al mismo tiempo preparó a doce niñas pobres para que la acompañaran, brindándoles todo lo necesario. Este bello gesto anuncia la acción posterior de María del Refugio.

Desde temprana edad poseía un amor entrañable a Jesús Sacramentado y a la Santísima Virgen. Este amor a la Eucaristía se hizo más evidente después de la Primera Comunión. Pequeña aún, comprendió que su amor al Señor debía proyectarlo en el hermano.

En la adolescencia fue ferviente catequista. Se esmeraba en iniciar a los niños en el conocimiento de Dios y los preparaba para la Primera Comunión.


2. MATRIMONIO Y VIUDEZ

"Cosas de Dios"

María del Refugio Aguilar y su hijo Ángel Cancino Aguilar. El 14 de Noviembre de 1866, obligada por su padre, contrajo matrimonio con Ángel Cancino Arce, viudo y algo mayor, recaudador de impuestos y hombre de ideas liberales, cuya amistad con importantes políticos le auguraba un gran porvenir como empleado público. María del Refugio supo encontrar la voluntad de Dios en ese caminar no buscado de su matrimonio, supo transformar lo que era necesidad que se impone en gracia que se acepta y elabora de una forma creadora.

Poco tiempo después se establecieron en Toluca, estado de México, al ser nombrado Ángel Cancino administrador del Timbre de esa Ciudad. Con la ayuda de Dios y con su esfuerzo amoroso convirtió la dureza del exilio en experiencia de gracia.

María del Refugio conquistó el corazón de su marido, cambiándolo por dentro. Éste fue el primero de los grandes milagros de su vida. Le ofreció su amor, su fe, una familia y la experiencia cristiana de apertura hacia el misterio.

Fruto del matrimonio fueron Ángel Federico de la Sagrada Familia (28 de Noviembre 1887) y Francisca de la Soledad, Refugio, Teresa (28 de Diciembre 1888). A los 40 días de nacer la niña falleció el señor Cancino a causa de una pulmonía fulminante.

La joven madre que en su juventud gustaba de las distracciones y comodidades del mundo, y que confiaba en un futuro próspero, vio truncadas esas ilusiones.

Viuda a los 22 años y con dos pequeños a los que educar, regresó a la casa paterna. En Marzo de 1891, Mª del Refugio Aguilar, con su hija Refugio Cancino Aguilar. cuando sólo tenía tres años, su primogénito enfermó de una angina maligna que le causó la muerte. Ella, aún viendo en todo la voluntad de Dios, cayó en una fuerte depresión, pasando la mayor parte del tiempo retirada en sus habitaciones.

A María del Refugio no le faltaron pretendientes que quisieron reconfortada en su soledad pero ella los rechazó siempre. Decidió dedicar su vida a la formación de su hija, encendiendo en ella ilusiones e ideales que irán floreciendo más tarde, cuando termine siguiendo los pasos de su madre, y a su propio crecimiento espiritual, poniendo sus talentos al servicio de los demás. El amor que había descubierto en sus años de matrimonio lo extendió de una manera nueva y mucho más universal.


3. TERCIARIA FRANCISCANA

"Vueltas que da la vida"

Frecuentaba la Iglesia de San Francisco situada cerca de su casa, ahí recibió acompañamiento espiritual, siendo su director el Franciscano Fray José Sánchez Primo.

En unos ejercicios espirituales experimentó una profunda renovación interior, reflexionando que el hombre ha sido creado para alabar y servir a Dios. Hizo varios propósitos: comulgar frecuentemente, adquirir el hábito de dialogar con el Señor, hacer diariamente examen de conciencia, evitar disgustos en la familia, ser recatada, no seguir las modas ni asistir a espectáculos públicos, purificar los afectos y rechazar los amores desordenados, ocuparse útilmente evitando el ocio y la lectura de novelas, pedir por el prójimo y por los difuntos y rezar diariamente el rosario.

Custodia Casa de San Sebastián. Esta renovación llevó a María del Refugio a incrementar su amor a Jesucristo presente en la Eucaristía. Fruto de su vida eucarística fue una extraordinaria alegría que la caracterizó hasta el final de su vida.

Su confesor, conociendo las dotes sobrenaturales que adornaban a su dirigida, así como el don de gobierno que en ella percibía le invitó a que ingresara en la Tercera Orden Franciscana. En ella pudo robustecer su espíritu con la oración, el estudio, la penitencia y el apostolado. Profesó en dicha orden (4 de Octubre de 1896) y llegó a ser Ministra y Maestra de Novicias debido a sus aptitudes y celo religioso. Durante el desempeño de estos servicios dirigió la palabra y formó a las otras terciarias. Así mismo, quiso que la iglesia fuera un lugar bello, que la celebración del culto estuviera enmarcada en un contexto de solemnidad y devoción. Vivió desde entonces con gran fuerza el misterio de la Eucaristía.

Al mismo tiempo desempeñó un intenso apostolado a favor de los más necesitados, socorriendo a familias que atravesaban alguna crisis económica, visitando a los presos en la cárcel, a los enfermos, procurando que los moribundos recibieran los últimos auxilios espirituales, dedicando tiempo a escuchar a la gente que acudía a ella y le confiaba sus penas, preocupándose por la unión de las familias. A sus empleados los trató como si fueran miembros de su familia y todos los días rezaba el rosario con ellos. El día de su santo invitaba a muchos pobres y les servía el desayuno. Era lo que ella podía hacer, conforme al estilo del tiempo, expresando el amor evangélico con las posibilidades que le daba el pertenecer a la aristocracia del lugar.

Como madre de familia fue severa, exigente y siempre vigilante. Supo respetar la vocación de su hija y la educó para responder con libertad a lo que Dios le tuviera destinado, despertando en su interior ideales de santidad y anhelos de colaborar en la salvación de las almas. En 1904 la matriculó en un internado de la ciudad de México para que terminara los estudios elementales y al año siguiente en la normal Arquidiocesana que las religiosas teresianas dirigían en Morelia. Allí se tituló en 1907.


4. PROYECTO DE FUNDACIÓN

"Por soñar que no quede"

María del Refugio pretendió ingresar al Carmelo Descalzo y, posteriormente, a la Compañía de María, pero la realidad de su vida iba a ser muy distinta.

En su experiencia de madre y en el ejercicio del apostolado, sintió que el Señor le confiaba la salvación de los niños y jóvenes y que debía procurarla con el buen ejemplo, la palabra y la oración. Llegó a la convicción de que transformaría al mundo promoviendo los valores cristianos, formando ciudadanos que cumplieran con sus deberes y respetaran los derechos de los demás, a la vez que tuvieran acceso a mejores condiciones de trabajo, fueran solidarios con el prójimo e hicieran buen uso de los bienes materiales.

Las visitas frecuentes al Colegio de su hija le dieron la oportunidad de conocer al R. P. Vicente María Zaragoza, confesor de las internas y gran enamorado de la Eucaristía. El había concebido la idea de fundar una Congregación religiosa que se dedicara a extender el amor de Jesús Eucarístico; y para poder realizar su inspiración deseaba encontrar a otra persona que como el, tuviera un amor muy grande a Jesús Sacramentado y poseyera gran celo por la salvación de las almas.

María del Refugio concibió el proyecto de fundar un instituto religioso para extender el amor al Santísimo Sacramento, reparar los pecados del mundo, y también como estrategia para dar mayor trascendencia a su actividad apostólica. Un Instituto que, sin dedicarse de manera exclusiva a una determinada clase social, atendiera establecimientos educativos, centros de catequesis y bibliotecas donde se proclamara el evangelio y se difundiera el amor a Jesús Sacramentado desde la propia realidad y cultura de las gentes.

R. P. Vicente María Zaragoza. Al tratar el Padre Zaragoza a María del Refugio y poner en común su proyecto estudiaron la manera de realizarlo. Muchas reuniones se tuvieron en casa de la familia Olivares, dos de cuyas hijas Dolores y María fueron de las primeras jóvenes que ingresaron en el Instituto.

Con intención de prepararse interiormente y concluir los detalles de la fundación, ingresó en enero de 1908, al pensionado de la Compañía de María en la ciudad de México. Le acompañaba su hija, la cual prestaría sus servicios en el Colegio de dichas religiosas, con el fin de adquirir experiencia para después colaborar como profesora seglar en la obra de su madre.

En el pensionado se une a ella otra joven viuda, dirigida del P. Zaragoza, la Señora Guadalupe Hernández Viuda de Velázquez, que desea también consagrar su vida al Señor.
Aunando los esquemas de espiritualidad que influyeron en María del Refugio tenemos:

• El espíritu franciscano cultivado en sus años de viuda joven, con sus notas de fraternidad, pobreza, cercanía de Jesús y sencillez.

• El carisma teresiano de clausura y encuentro con Dios en soledad.
• El espíritu ignaciano de fuerte apostolado, de compromiso a favor de la evangelización, de intensa identidad con los problemas de la Iglesia.

Ella fue gustando y viviendo, de forma personal, tres grandes carismas de la vida religiosa y de la espiritualidad de la Iglesia. En todos encontró algo bueno, pero no se detuvo en ninguno de los tres para tomarlo como propio.

La Providencia divina la llevó más allá, como buscando su propia identidad dentro de la Iglesia, hasta encontrarla en su nueva fundación eucarística y mercedaria.


5. FUNDACIÓN

"Cuando las ilusiones cuajan"

El 25 de Marzo de 1910, fiesta de la Encarnación del Hijo de Dios, bajo la dirección del Padre Zaragoza, María del Refugio acompañada por la Sra. Guadalupe Hernández funda el "Apostolado de Jesús Eucarístico". Días más tarde inaugura el primer Colegio que llevará el nombre de Colegio del Santísimo Sacramento. La dirección académica fue encomendada a Refugio Cancino Aguilar, su hija.

La base del proyecto educativo de María del Refugio es que en el centro de todas las ciencias está Dios y que no hay auténtica vida cristiana sin la participación eucarística y la protección de María. En otras palabras, ir más allá de lo académico, haciendo del aprendizaje una experiencia mística que nos descubra y haga gozar y agradecer la presencia y la grandeza de Dios.

A partir de entonces toda la vida de María del Refugio girará en torno a la comunidad y a la escuela, alimentando su espíritu con la comunión cotidiana y la adoración al Santísimo y desbordando su caridad en quienes la rodean.

El 2 de febrero de 1911 recibieron el hábito de manos del P. Zaragoza María del Refugio Aguilar, Guadalupe Hernández y María Olivares y el 25 de diciembre de 1912 el mismo Padre recibió el voto que hicieron prometiendo servir a Dios hasta la muerte.

En sus primeros años la naciente Congregación tuvo que sufrir grandes penalidades debido a ciertas crisis internas y a la confusa situación política del país. Como consecuencia de los actos violentos de la "decena trágica", en febrero de 1913, los Institutos Religiosos fueron seriamente dañados y hubo deserciones de algunos miembros. María del Refugio convirtió su colegio en hospital para atender y curar a los heridos y organizó colectas de víveres y ropa para repartirlas entre familias pobres, llegando a contarse, en 1915, cerca de cuatrocientas personas las que acudían diariamente a las puertas del colegio, y a todas les daba de comer. Por todos estos servicios la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca Neutral le concedió, años más tarde, una mención honorífica.

6. TRASLADO A LA AVENIDA CHAPULTEPEC

"Los recodos del camino"

En 1917 el Colegio del Santísimo Sacramento se trasladó a una villa en la Avenida de Chapultepec N.º 183, que había sido Colegio de Jesús María. A esta casa fue enviado por el arzobispado de México el R. P. Fray Alfredo Scotti, O. de M. para orientar a la nueva Congregación ya que en sus orígenes se había desarrollado de una forma muy sencilla y familiar, con un reglamento que ordenaba los horarios y definía las responsabilidades para cada uno de los cargos y oficios. Hacían falta constituciones, directorio y ceremoniales. Lleno de celo y buena voluntad, trabajó infatigablemente con las primeras religiosas. María del Refugio redactó los borradores, en los que definió su ideario de vida religiosa. Según ella, esta comunidad eucarística es una familia y como en todo hogar, hay que guardar un orden y un respeto, establecido en sus reglas y horarios, así como en el trato cordial y educado, indispensable para la convivencia filial y fraterna que se manifestará en armonía entre sus miembros y en alegría. Señala la bondad, la urbanidad, la paciencia, la humildad, como elementos que deben existir para que las relaciones en toda familia sean constructivas y fraternas. Pero sobre todo, el amor y el perdón.

Con la ayuda de R. P. Scotti la Congregación fue organizándose canónicamente. Todo se hacía como estaba previsto. No tardaron en llegar al Instituto jóvenes que, siguiendo la llamada divina y ante el ejemplo de la fundadora consagraron su vida a la causa del Reino. El Apostolado de Jesús Eucarístico tenía tres miembros el día de su fundación; en Enero de 1919 eran quince y un año después veintisiete. Entre ellas su propia hija María Refugio Cancino que, al consagrar su vida al Señor recibió el nombre de María Teresa. En Agosto de 1920 resolvió ingresar en el Instituto fundado por su madre.


7. EXPANSIÓN NACIONAL

"Como ramas de olivo"

El aumento de personal fue motivo para que la comunidad iniciara su expansión. Las primeras fundaciones se hicieron en México. La primera casa filial fue la de Popotla, D. F., cuyo colegio fue inaugurado el 2 de Febrero de 1919, sería sede del Postulantado y Noviciado. Cinco meses más tarde se abrió la segunda, en San Luis de la Paz, y en Diciembre una en Real del Monte. Siguieron otras en Jalapa, Sayula, San Luis Potosí, Monterrey, Saltillo, Toluca y Tacubaya. En algunas de estas fundaciones se vivía en suma pobreza, careciendo incluso de alimentos. María del Refugio, sin embargo, estaba conforme con las precarias condiciones, recordando las palabras de Santa Teresa, de que "todos los principios son penosos" y con la convicción de que, una vez comenzado algo, debe continuarse, sin importar las dificultades que puedan presentarse, siempre que sea voluntad de Dios y de los superiores.


8. APROBACIÓN DIOCESANA

“En la Iglesia de Jesús"

En vista del número de casas y de miembros y de que ya todo estaba bien organizado, el Arzobispo Mora y del Río puso en manos del Padre Scotti la solicitud de aprobación diocesana del Apostolado de Jesús Eucarístico, junto con las cartas de recomendación de varios obispos, para que las llevara personalmente a Roma. La aguda inteligencia y diplomacia del Padre Scotti consiguió en 15 días la aprobación diocesana de la obra de María del Refugio, convertida en Congregación diocesana. El 15 de Junio de 1922, fiesta del Corpus Christi, la Santa Sede concedía el permiso de erección canónica, cambiando entonces el nombre inicial al de "Apostolado del Santísimo Sacramento".

El 25 de Diciembre de 1924 María del Refugio renovó su profesión y vistió por primera vez el hábito blanco que sustituía al negro impuesto por el Padre Zaragoza.


9. AGREGACIÓN A LA ORDEN DE LA MERCED

"Con sabor mercedario”

En agradecimiento a la Virgen Redentora de cautivos, por el desarrollo notable y los logros que habían alcanzado desde que el religioso mercedario comenzó a dirigirlas, María del Refugio solicitó al Excelentísimo Señor Arzobispo de México la agregación a la Orden, ésta les fue concedida por el Maestro General Fr. Juan del Carmen Garrido el 11 de Julio de 1925, siendo desde entonces conocidas como "Religiosas Eucarísticas Mercedarias" y desde 1948 como "Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento". Por esta devoción las Hermanas están llamadas a participar del dolor maternal de María, asociado al misterio redentor de Jesús, y a colaborar con actos heroicos de amor y caridad para rescatar al hombre de sus cautividades modernas y así salvar sus almas.

La Orden de la Merced recibió dentro de su campo carismático un grupo nuevo de hermanas dedicadas a evangelizar a los niños desde la Eucaristía y éstas encontraron en ella una nueva fuente de inspiración para su apostolado.


10. PERSECUCIÓN RELIGIOSA.

EXPANSIÓN INTERNACIONAL

"Y la Cruz, siempre la cruz"

En los cortos años de vida que llevaba el Instituto, México venía padeciendo guerras fraticidas y persecuciones religiosas que dificultaban el apostolado docente por falta de libertad para enseñar la doctrina católica.

Al recrudecer la persecución religiosa en la nación (1926), los Colegios fueron clausurados o destruidos y el gobierno del Presidente Plutarco Elías Calles se adjudicó la propiedad de los inmuebles. Las hermanas padecieron de lleno la persecución, pero lo que podía haberse convertido en riesgo de muerte para el Instituto vino a transformarse en principio de vida. Dios quiso convertir la prueba en germen de crecimiento. María del Refugio, con el afán de protegerlas, dispersó a sus religiosas por diversas naciones del Continente Americano y Europa dando así expansión internacional al Instituto. La primera fue una fundación en Placetas, Cuba, en Septiembre de 1925. Luego tramitó una fundación en El Salvador, Agosto de 1926, y el traslado del Noviciado a Oklahoma en Estados Unidos, Agosto de 1926. En La Habana abrió otro Colegio Eucarístico en septiembre de 1926, y de España le propusieron abrir una casa en las Provincias Vascongadas, Pasajes San Pedro, Guipúzcoa, Agosto de 1927.

Ella y sus consejeras permanecieron en México con un número reducido de hermanas, cambiando frecuentemente de domicilio y ocultándose con prudencia. Este contratiempo no impidió la adoración a Jesús Sacramentado ni el trabajo docente con grupos reducidos.

Durante la persecución religiosa, María del Refugio recibió una carta del Maestro General de la Orden de la Merced en la que la alentaba y compadecía por la crítica situación por la que pasaba la Iglesia en México. Por el mismo conducto escribió Fray Luis Márquez Eyzaguirre, mercedario chileno, ofreciendo sus servicios para conseguir una fundación en Chile, a la que María del Refugio no dudó en aceptar, (Noviembre 1926). El contacto con algunos mexicanos en Lovaina y Estados Unidos motivaron al Padre Márquez a hacer un viaje a México, en 1928, para ver por sí mismo la situación por la que pasaban los católicos. En la ciudad de México permaneció un mes, hospedado en la casa de la Avenida Chapultepec, ocasión que aprovechó para proponer otras fundaciones: Cartagena en Colombia, febrero de 1929, y Caltanissetta en Italia, julio de 1929, que se realizaron con no pocos contratiempos. El encuentro con María del Refugio lo calificó Márquez como la impresión más grande de su vida.

Hacia 1929 funcionaban con dificultades y penurias el noviciado de Oklahoma, dos colegios en Cuba, uno en la República de El Salvador, otro en Chile, otro en España, otro en Colombia y uno más en Italia. En México quedaban el gobierno general y algunas hermanas que continuaron instruyendo ocultamente, reuniendo grupos de niñas en casas particulares en la Colonia Roma, Coyoacán y San Luis Potosí. La casa de Chapultepec estaba denunciada como escuela católica desde 1924, constando en el acta la existencia de una capilla. Previendo lo peor, María del Refugio hizo demoler la capilla, para que no fuera profanada. Cuando ya no hubo remedio, alquiló una casa en Coyoacán, que pasaron a ocupar en septiembre de 1930, al ser despojadas del único inmueble que poseían y que con tanto sacrificio había adquirido en 1917.


11. LA "OBRA DE INFANCIA"

"Amores que florecen"

Al final de sus días María del Refugio sintió la necesidad de expresarse plenamente como madre, dejando un signo de maternidad creadora a sus hermanas religiosas y abriendo un camino de vida y testimonio sobre el mundo.

Ella había tenido bajo su cuidado un grupo de niñas huérfanas a las que había dado casa, vestido, sustento y educación. Pero sobre todo les dio cariño y ambiente de familia.

Libre de la responsabilidad de estas jóvenes por ingresar en el mundo laboral unas, en la congregación otras y regresar con sus familias las restantes, quiso desagraviar a Dios por la impiedad de quienes impiden se le nombre en las escuelas, dando familia y educación a siete niñas desamparadas: una por cada uno de los dolores de la Santísima Virgen, y de cada una de las naciones donde hasta entonces se había extendido el Instituto. Esto fue lo que llamaron "obra de infancia ".

Los trámites migratorios impidieron que María del Refugio realizara su anhelo tal como lo había deseado, es decir, con una niña de cada país. La vida tampoco le alcanzó para recibir a las siete pero a las cinco que recibió fueron: Delia (1933), María Dolores (1934), Guadalupe (1935), Yo¬landa y Mercedes (1936), les dio el apellido "Aguilar" y fue para ellas una verdadera madre.

Al morir María del Refugio, su hija María Teresa, primera sucesora al frente del gobierno general, las aceptó como "herencia sagrada" de su madre, continuando los cuidados y formación que venían recibiendo.

La "obra de infancia" fue un acto de reparación al Señor. María del Refugio estaba profundamente dolida por el ateís¬mo y contenido inmoral de los programas obligatorios de enseñanza. Y le repugnaba también la postura condescendiente de los educadores católicos frente a las exigencias del Gobierno.


12. SUPERIORA GENERAL

"Se trata de servir"

Mª del Refugio Aguilar . Estatua de cera, Casa General. Pese a su aversión a ocupar cargos de autoridad, sus enfermedades y cansancio fue Superiora General durante 27 años, (1910 - 1937). En sucesivas ocasiones manifestó a la Curia Metropolitana que su nombramiento como Superiora General había terminado pero el Señor Arzobispo de México le reiteró una y otra vez en su cargo.
Tuvo algunos períodos de excedencia en los que ocuparon el cargo interinamente las Vicarias Generales, M. Guadalupe Hernández, 6 meses en 1927, y M. María Teresa Cancino, 6 meses en 1932.

Gobernó movida por amor a Jesús Sacramentado y con el interés de que sus religiosas fueran santas. Desde el principio de la fundación demostró adhesión, respeto, obediencia y sumisión a la jerarquía eclesiástica, reconociendo en ella a los pastores puestos por Dios para conducirnos al cielo.

La contemplación del Misterio Eucarístico, el modo peculiar de leer el Evangelio, el anhelo de configurarse con Cristo viendo en María un modelo de consagración a Dios y de servicio a los más necesitados, fueron experimentados por ella para después definir e institucionalizar el carisma que el Espíritu Santo le había concedido.


13. ÚLTIMOS MESES DE VIDA

"La cima de una escalada"

La vida en Coyoacán transcurría relativamente tranquila en comparación con la agitación política y social que asolaba la ciudad y las provincias.

Escudo de la Congregación. María del Refugio dejó Coyoacán presintiendo que su muerte estaba próxima. Nunca se le vio impaciente o disgustada cuando ocurría algo desagradable. La última casa que ocupó fue en la Calle Martí No 256, Colonia Escandón. A las pocas semanas, al estar rezando fervorosamente la novena de la Virgen de Guadalupe, una corriente de aire en el cuarto que se adaptó como capilla le provocó una pulmonía. Al inicio del año 1937 se encontraba muy agotada por una tifoidea que venía padeciendo hacía varios meses, con fiebre y malestar continuo. A mediados de febrero le diagnosticaron bronconeumonía y poco después nefritis, que le ocasionó inflamación en todo el cuerpo. Su estado empeoró por insuficiencia renal, hipotermia e invasión de líquido en los tejidos. Se hallaba en un estado de debilidad absoluta, sufriendo muchísimo, sin movimientos y con fuertes dolores. La enfermedad fue larga y penosa, pero nunca perdió la serenidad ni se quejó, manteniéndose alegre hasta el final, soportó todo con suma paciencia y resignación.

Con dificultad escribió a todas las religiosas participándoles su gravedad, encomendándose a sus oraciones y haciéndoles algunas exhortaciones. A las hermanas que la acompañaban les pidió unión y caridad fraterna, les recomendó que cumplieran con su guardia ante el Santísimo, que rezaran por los difuntos y que no la dejaran en el Purgatorio.

Había cumplido su misión, había recorrido su camino, dejaba sobre el mundo una herencia de amor, colocada bajo el patrocinio de Jesús Sacramentado y de María de la Merced. Es evidente que podía y debía morir.

El 23 de abril amaneció muy grave. Le hicieron una transfusión de sangre que le ocasionó una fuerte reacción. Le acompañaban algunas religiosas y el Padre Zaragoza, a quien pidió la absolución. Cuando el Padre vio que la vida de María del Refugio llegaba a su fin, le tomó la mano derecha y le dijo: "Bendice a tus hijas". Dio una última mirada, pronunció las palabras: "arriba, arriba ... " y descansó en paz. Era la madrugada del 24 de Abril de 1937.


14. CAUSA DE CANONIZACIÓN

"y sigue, y sigue ... "

La misión de la Iglesia de evangelizar al mundo requiere modelos de santidad que resplandeciendo a la gracia de Dios den testimonio notable del amor y presencia salvífica de Cristo en el mundo y del Reinado que ha de venir.

María del Refugio, mujer de comunión liberadora, seducida por el amor de Dios, con audacia y valentía se propuso colaborar para hacer presente en todo el mundo el gran misterio de la presencia de Cristo Redentor, convertido en pan de salvación y vino de amor para los hombres.
La Congregación ha propuesto a María del Refugio como uno de esos ejemplos, que nos enseña a vivir cumpliendo la voluntad divina, para gloria de Dios Padre y salvación de las almas, haciendo de lo natural algo extraordinariamente sobrenatural. Su vida es un mensaje de evangelio para las reli¬giosas que le siguen y de un modo más extenso para todos los que la conocen, dentro y fuera de la familia mercedaria.

María del Refugio gozó de fama de santidad en vida y más aún después de su muerte, pero la introducción de la causa de beatificación demoró algunas décadas debido, entre otras causas, a la crítica situación de la Iglesia en México, que acababa de atravesar una prolongada persecución religiosa.

A raíz de 1960, cincuentenario de la fundación de la Congregación, se reaviva el interés por ver glorificada a la Madre Fundadora y comienzan a escribirse obras biográficas, cada vez más completas y mejor documentadas y a realizarse publicaciones diversas sobre la obra de María del Refugio.

Dos postuladores han trabajado con gran afán tratando de hacer realidad lo que todavía es un objetivo a conseguir; ellos son Don Pietro Naruszewicz y el Sr. George Herbert Foulkles, quien continúa con esta ardua tarea.

El 28 de Octubre de 1982 el Arzobispo Primado de México, Ernesto Corripio Ahumada abre públicamente el proceso de beatificación de la Madre Fundadora María del Refugio Aguilar y Torres. El 11 de Abril de 1997 se entrega la Positio para ser estudiada.

María del Refugio, nuestra Madre Fundadora es un patrimonio de la Iglesia Universal. Su mensaje está abierto a todos los hombres y mujeres de hoy.

DECRETO


PENITENCIARIA APOSTOLICA

DECRETO

El Sumo Pontífice Benedicto XVI, felizmente reinante, informado por la Rvma. M. María de la Luz del Sagrado Corazón Acosta Bustos, Superiora General de las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento, sobre las celebraciones jubilares, en las que se conmemorará el Centésimo aniversario del día en el que la Sierva de Dios María del Refugio Aguilar y Torres fundó en la Ciudad de México el mencionado Instituto religioso, deseando gratificar con gracias divinas a los devotos fieles, por su amantísima solicitud hacia la Iglesia universal y por su peculiar afecto hacia las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento, concede benignamente Indulgencia plenaria, que podrá lucrarse cumpliendo debidamente las condiciones acostumbradas (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice), a los fieles que, verdaderamente arrepentidos, asisten devotamente a las funciones sagradas en algunas de las capillas del Instituto y en los lugares sagrados de las mismas Hermanas dedicados al apostolado, o al menos se entregan por breve tiempo a consideraciones piadosas, concluyendo con el Padrenuestro, el Credo y con invocaciones a la Beatísima Virgen María.


a. En los días 29 de junio de 2009 y 24 de septiembre de 2010, en los cuales se abrirá solemnemente el Centenario y se clausurará respectivamente; b. en el día 25 de marzo de 2010, día del Centenario; c. en cualquier día jueves, dedicando por lo menos media hora a la adoración eucarística; d. en la solemne exposición del Santísimo Sacramento en forma de Oración de las 40 Horas; e. en todos los día 24 de cada mes, con tal de que visiten piadosamente las capillas del Instituto; f. en los días 19-21 de julio de 2010: en el Congreso Eucarístico en la Ciudad de México; g. en el día 22 de julio de 2010, en la misa jubilar que se celebrará en la Insigne Basílica de Guadalupe.

Las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento que, debido a la enfermedad o a otras graves causas estén impedidas de asistir a las celebraciones jubilares, podrán ganar la Indulgencia plenaria en el lugar donde se hallaren impedidas, supuesta la detestación de cualquier pecado y la intención de cumplir, cuanto antes sea posible, las tres condiciones acostumbradas, si se unieran espiritualmente a los ritos sagrados, ofreciendo sus oraciones y sufrimientos y las incomodidades de la propia vida a Dios misericordioso por María.


Las presentes concesiones valen durante todo el Año del Centenario. No obstante cualquier disposición en contrario.

Dado en Roma, en la Sede de la Penitenciaría Apostólica, el 19 de junio, en la solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús, en el año de la Encarnación del Señor 2009.


Juan Francisco Girotti, O.F.M. conv.
Ep. Tit. Metense, Regente.

domingo, 20 de septiembre de 2009