sábado, 26 de julio de 2008

viernes, 25 de julio de 2008

jueves, 24 de julio de 2008


La Iglesia Católica

El Señor Jesús instituyó su única Iglesia Católica para continuar la redención y reconciliación de los hombres hasta el fin del mundo. Dio a sus Apóstoles sus poderes divinos para predicar el Evangelio, santificar a los hombres y gobernarlos en orden a la salvación eterna.

Por eso la Iglesia Católica es la única verdadera fundada por Jesucristo sobre San Pedro y los Apóstoles; y todos los hombres estamos llamados a ser el Pueblo de Dios guiado por el Papa, que es el sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo en la tierra.

La Iglesia Católica es también el Cuerpo Místico de Cristo, porque, como en un cuerpo humano, Cristo es la Cabeza, los bautizados somos los miembros de este cuerpo y el Espíritu Santo es el alma que nos une con su gracia y nos santifica. Por esto la Iglesia es también Templo del Espíritu Santo.

En su aspecto visible la Iglesia está formada por los bautizados que profesan la misma fe en Jesucristo, tienen los mismos sacramentos y mandamientos, y aceptan la autoridad establecida por el Señor, que es el Papa.

Estos fieles, por el Bautismo, se hacen partícipes de la función sacerdotal, profética y real de Cristo.

¿Quién fundó la Iglesia?

La Iglesia fue fundada por nuestro Señor Jesucristo.

¿Cómo empezó Jesús la fundación de la Iglesia?

Jesús empezó la fundación de la Iglesia con la predicación del Reino de Dios, llamando de entre los discípulos que le seguían a los doce Apóstoles, y nombrando a Pedro Jefe de todos ellos.

¿Se puede reconocer hoy a la verdadera Iglesia?

Si, hoy se puede reconocer a la verdadera Iglesia viendo si tiene por Fundador a Jesucristo, si participa de los siete sacramentos, si ama a la Santísima Virgen María y si obedece al Papa. Si le falta algo de esto, no es la verdadera Iglesia.

¿Cuál es la misión de la Iglesia?

La misión de la Iglesia es la misma de nuestro Señor Jesucristo: llevar a cabo el plan de salvación de Dios sobre los hombres.

¿Qué poderes ha dado Jesús a la Iglesia para cumplir esta misión?

Para cumplir esta misión, Jesús ha dado a la Iglesia los poderes de enseñar su doctrina a todas las gentes, santificarlas con su gracia y guiarlas con autoridad.

¿Cuáles son las propiedades y notas que Cristo confirió a su Iglesia?

Las propiedades y notas que Cristo confirió a su Iglesia son cuatro: que es Una, Santa, Católica y Apostólica.

¿Quiénes son los fieles cristianos?

Los fieles cristianos son los que, incorporados a Cristo por el Bautismo, se integran en el Pueblo de Dios y son hechos partícipes a su modo de la función sacerdotal, profética y real de Cristo para desempeñar la misión de la Iglesia en el mundo.

¿Están todos los fieles llamados a la santidad y al apostolado?

Si, todos los fieles están llamados a la santidad y al apostolado, sea cual fuere su condición, por el mismo hecho de haber recibido el Bautismo y la Confirmación.

¿Quién es el Pastor supremo y Cabeza invisible de la Iglesia?

El pastor supremo y Cabeza invisible de la Iglesia es Jesucristo.

¿Quién es el Papa?

El papa es el sucesor de San Pedro, el Vicario de Cristo en la tierra y la Cabeza visible de la Iglesia.

¿Puede el Papa equivocarse en materia de fe y costumbres?

No, el Papa no puede equivocarse cuando define doctrina en materia de fe y costumbres, como maestro supremo de toda la Iglesia, gracias a una especial asistencia del Espíritu Santo.

¿Qué debemos hacer los fieles cuando el Papa y los obispos proponen una enseñanza mediante su magisterio ordinario?

Cuando el Papa y los obispos proponen una enseñanza mediante su magisterio ordinario, los fieles deben adherirse a ella con espíritu de obediencia religiosa.

¿Quiénes son los obispos?

Los Obispos son los sucesores de los Apóstoles, que han recibido la plenitud del sacerdocio y tienen la misión de regir sus diócesis unidos al Papa.

¿Quiénes son los sacerdotes?

Los Sacerdotes o presbíteros son aquellos fieles que, por la ordenación sacerdotal, participan sacramentalmente del Sacerdocio de Cristo, siendo constituidos cooperadores de los obispos para predicar el Evangelio, administrar los sacramentos y llevar a Dios a los fieles que se les encomiendan.

¿Quiénes son los laicos?

Los laicos son aquellos fieles que, por vocación divina, están destinados a buscar el Reino de Dios, tratando y ordenando las cosas temporales según el querer de Dios.

¿Participan los laicos de las funciones de Cristo?

Si, los laicos participan de las funciones de Cristo, que es Sacerdote, Profeta y Rey.

¿Dónde han de buscar la santidad y ejercer el apostolado los laicos?

Los laicos han de buscar la santidad y ejercer el apostolado en medio del mundo, en su misma vida secular ordinaria: en el ejercicio de su trabajo y en la familia.

¿Quién da a los laicos el derecho y el deber de hacer apostolado?

Dios mismo, por el Bautismo y la Confirmación, da a los laicos el derecho y el deber de hacer apostolado y santificar el mundo, tanto individualmente como agrupados en asociaciones.

¿Pueden los laicos ser llamados a colaborar con sus pastores en el servicio eclesial?

Los Laicos pueden ser llamados a colaborar con sus pastores en ministerios muy diversos, según la gracia y el carisma que el Señor quiera concederles, pero teniendo en cuenta que su misión propia en la Iglesia es la transformación del orden temporal como parte de lo que conocemos como "Evangelización de la Cultura".

¿Qué se entiende por vida consagrada?

Por vida consagrada se entiende aquella forma de vida que se caracteriza por la consagración de la propia vida por la profesión de compromisos -usualmente llamados "consejos evangélicos"- de pobreza, castidad y obediencia, en una vida en común estable y célibe reconocida por la Iglesia.

¿Quiénes pertenecen al estado de vida consagrada?

Pertenecen al estado de vida consagrada los religiosos, los miembros de los institutos seculares, y las nuevas sociedades de vida en común, cuya evolución en la vida de la Iglesia se parece a un árbol maravilloso y lleno de ramas, a partir de una semilla puesta por Dios en su Iglesia.

miércoles, 23 de julio de 2008

CARTA DE UN ALMA JOVEN


A QUIEN PUEDA INTERESAR:

Hoy quiero en nombre de la juventud manifestarles que somos jovenes y como tales sentimos la juventud, la expresamos y la vivimos en carne propia. Somos los principales protagonistas de esta maravillosa experiencia y aún cuando éramos niños nuestra máxima ilusión era ser jóvenes. Este anhelo ya es realidad. Ahora que la experimentamos estamos muy conscientes de las cosas complicadas y complejas que nos esperan para ponernos a prueba. Pero saldremos adelante.

Nos sentimos muy solos. Queremos que nos escuchen, que nos dediquen más tiempo. Tenemos tantas ganas de vivir y sobre todo de ser felices -a pesar de lo que sucede, que no nos es ajeno-. Tenemos muchos sueños, metas y esperanzas, sobre todo muchísimas ganas de actuar en este mundo.No tenemos espacios propicios para desarrollarnos social ni culturalmente.

Los adultos, nos critican mucho, «que no hacemos nada», pero no es así; traemos muchos sueños pero nos tocó vivir en un entorno rodeado por el escepticismo y el pesimismo. Lo que nos enseñan, «sálvate si puedes» y otros muchos paradigmas, no nos brindan más salidas que acudir al alcohol, las drogas o cualquier otra distracción como válvulas de escape ante la problemática de este mundo que vemos como se destruye cada día y nosotros con él..

No nos juzguen ni nos culpen de los errores, en definitiva, no son ni de ustedes. Les participamos estos interrogantes: ¿no ven que los necesitamos?, ¿acaso ustedes nunca fueron jóvenes?, ¿no sintieron nuestras mismas necesidades? Vamos a expresar el máximo anhelo que tenemos los jóvenes: ver un mundo nuevo, crear una nueva nación, luchar por conquistarla eliminando la indiferencia, el egoísmo, la corrupción, y demás antivalores que afectan de manera tan fuerte a nuestra degradada sociedad.

Para lograrlo tenemos muchas preguntas. Por eso debemos actuar juntos, dialogar, concertar, expresar lo que ustedes quieren y lo que buscamos construir nosostros. Debemos admitir que los jóvenes cometemos un craso error: la falta de organización. Algunos de nuestra generación anhelamos cambiar las cosas, en cambio otros son indiferentes, no les importa nada, no quieren sentir el sufrimiento de nuestra tierra. Tal vez la falta de apoyo los tiene así. Hay jóvenes con distintos talentos para muchos oficios o actividades, pero se ven estancados porque no hay apoyo, sobre todo en lo económico. Otro factor que nos vuelve incrédulos es la politiquería. Otra cualidad nuestra es que iniciamos toda empresa con mucho ánimo, pero no somos constantes, decaemos poco a poco, pues anhelamos resultados inmediatos.

Queremos llamar la atención, por eso buscamos realizar cosas innovadoras, fuera de lo común. No queremos ser rechazados. En lugar de juzgarnos, criticarnos y recriminarnos, queremos que ustedes estén dispuestos siempre a escucharnos y a darnos una oportunidad, para ser partícipes de un posible cambio de este bello lugar.

No queremos quedarnos con los brazos cruzados. Deseamos empezar a trabajar, aportar. El mundo nos espera y nos abrirá las puertas. Queremos expresar que no deben caer en la idea muy común de que somos el futuro. Están equivocados. Somos el presente y estamos aquí transmitiendo nuestro sentir, nuestra forma de ser y de ver las cosas. No nos dejen solos rodeados cada día por una mugre diferente; solo les pedimos que traten -pero cada día un poco más- de mejorar este mundo. No se queden con los brazos cruzados; hagan algo que nosotros los vamos a apoyar, solo les pedimos una oportunidad..

Entiendanlo de una vez que siempre seremos jóvenes, a pesar de que la edad avance. Porque lo más esencial es tener un espíritu y un corazón joven.

Es por ello que le pedimos a la Madre María del Refugio que en todo momento nos acompañe y guíe en nuestro caminar iluminando el ser de tantas almas jovenes.........

Dedicado a quienes conforman la PROM 2008...."ANGELES"

CELEBRANDO EL AÑO JUBILAR DE LA SIERVA DE DIOS MADRE MARIA DEL REFUGIO AGUILAR




* Sed santos como el Padre celestial es santo. Jesucristo (Mt. 5,48)

* Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación. San Pablo (1 Tes 4,3; Ef 1,4)

* Los que enseñen a otros la santidad brillarán como estrellas por toda la eternidad. Profeta Daniel

* ¡Quiero ser santo! Santo Domingo Savio

* La santidad consiste en estar siempre alegres. San Juan Bosco

* La aventura de la santidad comienza con un «sí» a Dios. Juan Pablo II

* Los santos no son personas que nunca han cometido errores o pecados, sino quienes se arrepienten y se reconcilian. Benedicto XVI

* Todo cristiano debe ser un verdadero cristiano, un perfecto cristiano. ¿Y cómo se llama la vida perfecta de un cristiano? Se llama “santidad”. Por ello, todo cristiano debe ser santo. Pablo VI

* La santidad se encuentra en el camino que nos abre cada uno de nuestros días, en que se ofrecen a nosotros, con atractivo desigual, los deberes de nuestra vida cotidiana. San Francisco de Sales

* Siento el deseo, la necesidad de hacerme santo; nunca me hubiera imaginado yo que pudiese llegar a serlo con tanta facilidad; pero ahora que he visto que se puede lograrlo estando alegre, quiero absolutamente hacerme santo. Santo Domingo Savio

* Un gran deseo de ser santo, es el primer peldaño para llegar a serlo; y al deseo se ha de unir una firme resolución. San Alfonso María de Ligorio

* Quiero ser santa, pero no a medias, sino completamente. Santa Teresita del Niño Jesús

* La santidad es accesible a todos y es“el camino mejor de todos que hay que recorrer. Don Pascual Chávez, sdb

* El secreto de la santidad consiste en no cansarnos nunca de estar empezando siempre. P. Rey

* El verdadero ideal cristiano no es ser feliz, sino ser santo. A.W. Tozer

* En lugar de desanimarme, me he dicho a mí misma: Dios no puede inspirar deseos irrealizables; por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad. Santa Teresita de Lisieux

* La ciencia de los santos es la voluntad de Dios. Kiko Argüeyo

* La marca de un santo no es la perfección, sino la consagración. Un santo no es un hombre sin faltas, es un hombre que se ha dado sin reservas a Dios. W. T. Richardson

* Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres. Santo Domingo Savio

* La santidad consiste en la disposición del corazón. Santa Teresa de Lisieux

* La santidad es muy sencilla, dejarse confiada y amorosamente en brazos de Dios, queriendo y haciendo lo que creemos que Él quiere. Madre Maravillas de Jesús

* Los santos fueron santos, porque quisieron, con inmenso querer, ser fieles. Madre Maravillas de Jesús

* La santidad no es un privilegio para algunos, sino una obligación para todos, "para usted y para mí". Santa Madre Teresa de Calcuta

* No eres más santo porque te alaben, ni más vil porque te desprecien. Tomás de Kempis

* Nunca es demasiado tarde para empezar a hacerse santos. Padre Raniero Cantalamessa, ofm cap

* Solo hay una desgracia: no ser santo. Léon Bloy

* Un santo triste es un triste santo. San Francisco de Sales
El hombre puede y debe alcanzar la santidad


Para que el hombre alcance su plenitud, la santidad, debe realizar obras buenas, eligiendo libremente unirse a la voluntad de Dios.

El Concilio Vaticano II ha recordado que todos los hombres, sin excepción, están llamados a adquirir la santidad.

En efecto, Dios creó al hombre para que alcanzara su plenitud y su felicidad. Esta plenitud sólo puede alcanzarla el hombre poseyendo el bien sumo, que es el mismo Dios.

Dios es la misma bondad; por eso Dios es santo. En Él no hay nada sucio ni torcido, ni falso. En El no hay nada de mal. Por eso, el hombre alcanzará su plenitud haciéndose santo.

El camino para que el hombre alcance su plenitud, la santidad, es realizar obras buenas. Lo más importante para el hombre es, como decía Calderón de la Barca: «obrar bien, que Dios es Dios». (Gran teatro del mundo).

Obrar bien significa tener una conducta buena, unas costumbres buenas. No bastará con que obre bien alguna vez, sino habitualmente. A esa conducta se le llama moralmente buena. Por eso la Moral es el estudio de las costumbres humanas.

El hombre es un ser espiritual y material. Vive en el mundo material, del que forma parte, pero es superior a él por su espíritu. La espiritualidad se manifiesta en que es inteligente y libre. Esa libertad no es absoluta, pues entonces sería omnipotente, pero hace que el hombre pueda elegir, y ahí radica la moralidad de las acciones humanas: el hombre puede elegir bien o mal.

Dios al crearlo le impuso un mandato para que ejerciese su libertad. La ejercitaría bien, si lo cumplía, pues habría elegido lo bueno: lo que Dios quiere.

La posibilidad de pecar es un riesgo, pero no quita la grandeza del hombre, que es capaz de amar, de elegir el bien libremente, de unirse a la voluntad de Dios. Dios ha querido que el hombre pueda ser su amigo; «El hombre es la única criatura en la tierra que Dios ha amado por sí misma» (GS, 24), y San Pablo indica esta grandeza de la bondad divina: «Él nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo, para que seamos santos ;e irreprochables por el amor» (Ef. 1, 4).

A LA BUSQUEDA DE UN IDEAL

Cada persona lleva dentro una imagen ideal de sí mismo, que le dice cómo debe ser. la realidad de cada día, sin embargo, es bien distinta: aparecen los fallos y las limitaciones. Entonces surge un sentimiento de vergüenza y de molestia por lo que uno “es, frente a lo que querría o debería ser. El hombre vive así en una lucha interior. Se encuentra dividido: -El bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago- (Rom. 7, 19).

San Pablo ve en esta división una situación de esclavitud, propia del hombre apartado de la gracia de Dios: .Sé muy bien que no es bueno eso que habita en mí es decir, en mi carne; porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no. (Rom. 7, 18).El Antiguo Testamento nos habla de la Ley dada por Dios al pueblo de Israel. Ella muestra al pueblo el camino para el encuentro con Dios y con los hombres. Es un ideal moral y religioso: le dice a todo hombre cómo debe ser. (C.v.e., pág. 312)

¿En qué consiste la dignidad de la persona humana? En poseer una vida superior a los demás seres creados. El hombre puede conocer y amar, porque es inteligente y libre. Al afirmar la espiritualidad y la inmortalidad del alma alcanza la verdad más profunda de su ser (cf. GS, 14).

Esta dignidad de la persona humana tiene muchos aspectos, pero hay uno que es el más importante: el hombre es un ser moral. Ser moral quiere decir que es verdaderamente libre, es decir capaz de elegir. Ahí está el gran drama humano, puede elegir el bien o el mal. El hombre está hecho de forma que puede perfeccionarse o desgraciarse. La tendencia a la verdad y el bien es evidente, pero también lo es la existencia de errores y de pecados.

- Todo hombre está llamado a la santidad.

- La santidad es la plenitud y felicidad del hombre.

- El hombre, para alcanzar su plenitud, ha de obrar bien.

- El hombre posee una vida superior a la de los demás seres creados.

- El hombre puede conocer y amar.

- El hombre es un ser moral: por ser libre, es capaz de elegir entre el bien y el mal.

¿CÓMO CAPTA EL HOMBRE EL BIEN Y EL MAL?

Todos y cada uno de los hombres pueden captar el bien en lo más profundo de su conciencia. la voz de la conciencia resuena en su interior advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal.

Existe una conciencia general que indica los primeros principios: Haz el bien y evita el mal. Todos los hombres coinciden en estos principios generales. Esta coincidencia procede de que todos los hombres han sido creados por Dios. Después existe una conciencia práctica que desciende a juzgar la bondad o maldad de las acciones concretas, por ejemplo, no matar, no mentir, honrar a los padres, trabajar, ser sincero, etcétera.

Así como en la conciencia general todos los hombres coinciden, en la conciencia práctica pueden disentir incurriendo en error. Esto es así porque la conciencia puede estar obscurecido por la ignorancia, y, sobre todo, por el pecado. El pecador que no quiere rectificar sus errores o se ha acostumbrado a sus pecados, busca justificarse diciendo que es bueno lo que es malo. Este es el camino de la degradación de la dignidad humana, y así será posible justificar la violencia, la mentira, la impureza, la deslealtad, etcétera.

Por Pbro. Dr. Enrique Cases

REFLEXIÓN


SANTIDAD
Etim.: del latín: sanctitas, -atis.

"La santidad consiste en una disposición del corazón que nos hace humildes y pequeños en los brazos de Dios, y confiados -aun con nuestro cuerpo- en su bondad paternal" Sta. Teresita de Lesieux

En el Antiguo Testamento el hebreo Kadosch (santo) significaba estar separado de lo secular o profano y dedicado al servicio de Dios. El pueblo de Israel se conocía como santo por ser el pueblo de Dios. La santidad de las criaturas es subjetiva, objetiva o ambas. Es subjetiva en esencia por la posesión de la gracia divina y moralmente por la práctica de la virtud. La santidad objetiva en las criaturas denota su consagración exclusiva al servicio de Dios: sacerdotes por su ordenación; religiosos y religiosas por sus votos; lugares sagrados, vasos y vestimentas por la bendición que reciben y por el sagrado propósito para el cual han sido reservados. La santidad de Dios identificaba su separación de todo lo malo. Los seres humanos son santos cuando se apartan del pecado y viven según la voluntad de Dios.

Jesús es EL SANTO que santifica a todos quienes a El se acercan
“El divino Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que Él es iniciador y consumador: Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48) ... Quedan, pues, invitados y aun obligados todos los fieles cristianos a buscar insistentemente la santidad y la perfección dentro de su estado” .-Vat II, Lumen gentium, 40.42 Por el Bautismo todos somos llamados a la santidad. La santidad es la presencia de Dios reinando en el corazón del creyente. La Iglesia comunica las gracias necesarias que proceden de los méritos de Jesucristo. Amar a Dios sobre todo El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. Mateo 22:37-38 Querer ser santos: La Santidad es obra de Jesús pero El no se impone. Requiere la respuesta libre del hombre. Quien ama a Dios desea responderle con todo el corazón, se esfuerza y persevera con la ayuda de la gracia para vencer la tendencia de la carne (pecados capitales) Hay ambiciones que son pecaminosas y otras que son necesarias para la santidad.

San Pablo dice: "¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente" I Corintios 12:31. Ese camino es el amor a Dios y al prójimo puesto en práctica, imitando el amor perfecto que es Jesús. No desear otra cosa que agradarle en todo. Cuando agradarle requiere abrazar la cruz, bendita sea. Todo por por El y para El.
Aspirar a la santidad es vivir humildemente para Dios: "¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer." Lucas 17,9-10 “Es propio de un alma cobarde y que no tiene la virtud vigorosa de confiar en las promesas del Señor, el abatirse demasiado y sucumbir ante las adversidades” -San Basilio, Homilía sobre la alegría “El alma que ama a Dios de veras no deja por pereza de hacer lo que pueda para encontrar al Hijo de Dios, su Amado. Y después que ha hecho todo lo que puede, no se queda satisfecha, pues piensa que no ha hecho nada” -San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 3, 1. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. Como el ciervo desea las fuentes de las aguas, así te desea mi alma, oh Dios... ¿Cuándo vendré y apareceré ante la cara de Dios? -Sal. 41. Un deseo concreto, que se aplica cada día.

¡Perseverancia!

Muchos se entusiasman por Cristo, pero como la semilla que cae en mala tierra, no perseveran, se dan así mismos "permiso" para aflojarse y pronto se quedan atados a los gustos y preocupaciones que desplazan a Dios del centro de sus vidas. “Me dices que sí, que quieres. -Bien, pero ¿quieres como un avaro quiere su oro, como una madre quiere a su hijo, como un ambicioso quiere los honores o como un pobrecito sensual su placer? “-¿No? -Entonces no quieres” J. Escriva de Balaguer, Camino, n. 316 Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Mateo 16:26 No esperar frutos fáciles. Es lucha de toda una vida “Aunque me canse, aunque no pueda, aunque reviente, aunque me muera” -Santa Teresa, Camino de perfección, 21, 2 “Hay, pues, que tener paciencia, y no pretender desterrar en un solo día tantos malos hábitos como hemos adquirido, por el poco cuidado que tuvimos de nuestra salud espiritual” - J. Tissot, El arte de aprovechar nuestras faltas, p. 14. Tener esperanza. Si esta faltara, no seguiremos en la lucha. Creer que la santidad es inalcanzable es una gran tentación. ¡Es mentira!. Es escapismo. Si. Podemos ser santos porque Dios da la gracia y los medios. Dios no falla. Muchos han sido los grandes pecadores que llegaron a ser santos. Leamos la vida de San Pablo y San Pedro. Leamos los Hechos de los Apóstoles para ver la obra del Espíritu.

LOS SANTOS Y NOSOTROS
Según el Concilio Vaticano II


En la vida de aquellos que siendo hombres como nosotros, se transformaron con mayor perfección en imagen de Cristo (2 Cor 3,18) Dios manifiesta al vivo entre los hombres su presencia y su rostro.
Veneramos la memoria de los Santos del cielo, con la unión de toda la iglesia por su ejemplaridad; pero en el espíritu se vigorice por el ejercicio de la caridad fraterna (Eph, 4 1-6). Porque así como la comunión cristiana entre los viadores nos acerca más a Cristo, así el consorcio con los Santos nos une a Cristo de quién, como de fuente y cabeza, dimana toda la gracia y la vida del pueblo de Dios. Es, por tanto, sumamente conveniente que amemos, a estos amigos y coherederos de Cristo, hermanos también y eximios bienhechores nuestros; que rindamos a Dios las gracias que les brindemos por ellos, los invoquemos humildemente, y que para impetrar de Dios beneficios por medio de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor que es el único Redentor y Salvador nuestro, acudamos a sus oraciones, protección y socorro “ Todo genuino testimonio de amor que ofrezcamos a los bienaventurados se dirige, por su propia naturaleza, a Cristo y termina en EL, que es la Corona de todos los Santos, Por EL va a Dios que es admirable en sus Santos y en ellos es glorificado. (L.G. N. 50).