sábado, 1 de noviembre de 2008


Papa encabezó celebración de Día de Todos los Santos


Benedicto XVI afirmó que la fiesta reaviva en los cristianos la atracción hacia el cielo, lo que acelera "el paso de nuestro peregrinaje terrenal".


Ante miles de fieles y desde el balcón de su habitación en la ciudad de El Vaticano, el Sumo Pontífice encabezó el tradicional rezo del Ángelus, comentando que nuestros corazones sienten "el deseo de unirse para siempre a la familia de los santos, de la que ya tenemos la fortuna de formar parte".

Durante su reflexión, el Papa comparó la belleza de un jardín botánico, que cuenta con una gran variedad de plantas y flores con la "multitud de santos y santas, de toda edad y condición social, de toda lengua pueblo y cultura", haciendo alusión al espíritu de Dios el cual "con una extraordinaria imaginación (...) ha hecho de la tierra un maravilloso jardín", reflejado en los santos del mundo.

Al mismo tiempo, Benedicto XVI destacó que los santos gozan de la gloria del Señor en una fiesta sin fin, luego de afrontar en su peregrinaje terrenal, su parte de sacrificio; ya que "han sido pobres de espíritu, dolidos por los pecados, ávidos, hambrientos y sedientos de justicia, misericordiosos, puros de corazón, portadores de paz y perseguidores de la justicia".

viernes, 31 de octubre de 2008

jueves, 30 de octubre de 2008

miércoles, 29 de octubre de 2008

ESTO TAMBIÉN PASARÁ...!!!

Hoy les cuento una historia que puede ayudarles a pensar en esos momentos en que la marea sube y no parece existir una luz para ver el camino de la solución...Pero también nos recuerda que hasta en los momentos de alegría y calma hay un mensaje para cada quien...la historia se llama:
"Esto también pasará"

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...
Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- manténlo escondido en el anillo. Abrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía “ESTO TAMBIEN PASARA”.

Mientras leía “esto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:

-Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

-¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.

-Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.

Entonces el anciano le dijo:

-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.


Un Fuerte Abrazo!!!

martes, 28 de octubre de 2008

lunes, 27 de octubre de 2008


EL EVANGELIO DEL DIA

Evangelio según San Mateo 22,34-40.

Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar,
y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?".
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
Este es el más grande y el primer mandamiento.
El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

BAJADA DE LA CHINITA


MERCED

El título mariano la Merced se remonta a la fundación de la Orden religiosa
de los mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España.
En esa época muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y
abandono estaban en peligro de perder lo mas preciado: la fe católica.
Nuestra bendita Madre del Cielo, dándose a conocer como La Merced,
quiso manifestar su misericordia hacia ellos por medio de dicha orden dedicada a atenderlos y liberarlos.

En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced
a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre.
La presencia de La Merced en Argentina, se remonta a principios de siglo XVI.
Los primeros mercedarios llegaron a nuestro suelo por el norte,
con la expedición que sale del Cuzco en julio de 1535 al mando de Diego de Almagro.


En el marco de la batalla de Tucumán en 1812 Belgrano
puso su ejército bajo la protección de la Virgen de las Mercedes.
Desde entonces se la proclama como Generala del Ejército Argentino.


Escudo Mercedario


“No hay mayor caridad que dar la vida por los hermanos”;

por eso cuando veas un escudo en un religioso, religiosa o laico,

estarás viendo a un comprometido con la liberación y

entusiasta devoto de Nuestra Madre, María de la Merced.

El escudo de la Merced es, sin duda, el elemento más identitario de la Orden.

Por donde hayan pasado los mercedarios aparece, de una u otra forma, el escudo como signo de su presencia.



LA CRUZ.


Es blanca PLATA, símbolo de inocencia y pureza, sobre fondo rojo SANGRE.

Ocupa la parte superior del escudo.

En ella va impresa la decisión entusiasta de la Iglesia de apoyar la labor redentora de Pedro Nolasco en el momento de su fundación.



LAS BARRAS.


Son rojas SANGRE, símbolo de amor y caridad y amarillas ORO, símbolo de benignidad y nobleza.

Ocupan la parte inferior del escudo.

Son las barras de la corona de Aragón.

.El escudo se convierte así en pasaporte real más allá de las fronteras

a la hora de ir a las redenciones y mostrar credenciales de autoridad.

Por eso se verá muchas veces el escudo coronado con la corona real.


EL ESCUDO MERCEDARIO

Cuando el Rey Conquistador (del reino de Aragón), al fundar la Orden de la Merced, creó para ella un hábito militar, colocando en jefe sobre sus propias armas reales la imagen de la Santa Cruz, entonces el escudo de Aragón (hoy el escudo mercedario) fue elevado por el emblema de la divina redención y en virtud de legítima determinación real, de un sentido sobrenatural.

La mayor importancia se da a la Santa Cruz: “Para que perpetuamente llevemos la cruz de plata sobre las armas de Aragón, en honor del Señor”, dejó consignado el Rey Conquistador.

Nuestro escudo es la forma de materialización del anhelo heroico del apóstol: la caridad de Cristo nos urge. Nuestro escudo no es ninguna reminiscencia, ni una condecoración: es un imperativo, el más sublime, en perpetua vigencia.

SANTOS

San Serapio

Nació en Londres, por 1175. Soldado en las Navas de Tolosa; redentor de cautivos con Fray Pedro Nolasco, desde 1225. Tornó a Argel, quedándose de rehén y los moros le crucificaron y arrancaron, en vivo, las vísceras. Es abogado celestial contra los dolores de vientre. El 14 de julio de 1728 era reconocido por Roma su culto inmemorial y el 21 de agosto de 1743 se le inscribía en el Martirologio universal. Su fiesta es el 16 de noviembre.

San Pedro Armengol


Nació por 1234. Fue huérfano de madre y cayó muy joven en el bandolerismo, llegando a capitán de una partida. Apresado por su propio padre ingresó en la Merced. Ordenado sacerdote, pasó varias veces al África y Andalucía, para redimir cautivos. En 1266 los musulmanes de Bugía lo tomaron rehén y lo ahorcaron; pero lo salvó la Santísima Virgen sosteniéndole durante los días en que llegaba su socio a reclamar el cuerpo y se halló con la sorpresa de que estaba vivo.. Volvió a España y finalizó sus días por 1304, aunque su cuello siempre estuvo torcido; es abogado dela tortícolis. Su fiesta es el 27 de abril.

Santa María de Cervellón

Sobrina de Pedro Nolasco. Devotísima de la Eucaristía, su guía espiritual era el Bto. Fr. Bernardo de Corbera. Hizo algunos milagros. Murió el 19 de septiembre de 1290. Su cuerpo se conserva en la basílica de la Casa Madre. Inocencio XII ordenó su inserción en el Martirologio el año de 1692.

San Pedro Pascual

Doctor por la Sorbona, religioso mercedario, Abad de Trasmiras, predicador de la redención por toda la costa, desde Valencia, su patria, hasta Roma, Obispo de Jaén, escritor místico y catequético, cautivo y redentor de cautivos durante su misma cautividad, mártir de la fe, entre otros, son los títulos que pudo presentar al ser decapitado el 6 de enero de 1300. Fue canonizado en 1675.

San Ramón Nonato

Aunque no nación, sí que vio la luz en Portell - hoy San Ramón -, por el primer acto de cesárea (estando su madre ya muerta) que se apunta en los anales de la obstetricia. Tomó el hábito mercedario del pueblo hacia 1320. Cuando se dirigía a Roma, falleció en el castillos de sus deudos los condes de Cardona. Su cuerpo fue quemado en 1936. Es el santo que protege a los gestantes, fue canonizado en 1625.

Beata Mariana de Jesús

Nació en Madrid en 1565 y murió ahí mismo en 1624, su cuerpo se venera en la iglesia de las monjas mercedarias de Puebla Es la precursora de las horas santas. Pió VI la beatificó en 1786.

Beato Bernardo de Corbera

Tomó el hábito de manos de S. Pedro Nolasco, en el acto mismo de la fundación de la orden. En 1243 era comendador de la Casa Madre. Su cuerpo debió desaparecer en las vandálicas quemas de 1936.

Beato Juan Gilabert

Comendador de muchas casas, procurador general ante la Curia Romana, bachiller en teología, misionero incansable, etc. Fundó el primer manicomio del mundo, Falleció en El Puig el 18 de mayo de 1417. Su cuerpo fue quemado por los marxistas en 1936.

Venerable Fray Pedro Urraca

Nació en Jadraque, 1583. Ingresó a la Merced en Quito, profesando el 2 de febrero de 1605. Vivió muchos años en la recoleta limeña de Belén. Murió el 7 de agosto de 1657.


San Alfonso Ma. De Ligorio

Nació en Nápoles el 27 de septiembre de 1696. Estudió jurisprudencia. El 18 de agosto de 1723 era el aniversario de su conversión. Fue llevado al cielo a la misma hora que la Virgen descendió sobre Barcelona 569 años antes (del 1 al 2 de agosto de 1787), a los 91 años.

San Gaspar del Búfalo

Nació en Roma el 6 de enero de 1786. Fueron sus padres Antonio del búfalo y anunciación Quartietoni, ambos fervorosos terciarios de la Merced. Fue fundador de la Congregación de la Preciosísima Sangre en 1815. Llegó a la cárcel en 1812. Falleció como héroe el 28 de diciembre de 1837. Beatificado por Pío X en 1904, fue canonizado por Pío XII el 12 de mayo de 1954.

San Antonio Ma. Claret

Nació en Sallent en el año 1807. Recibió el presbiterado el 13 de junio de 1835, de manos del obispo Fr. José María de Tejada, mercedario. Fundó la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María o claretianos en 1849, de la que fueron primeros socios varios mercedarios exclaustrados. Falleció santamente en el monasterio francopiremáico de Fontfroide el 24 de octubre de 1870.