domingo, 25 de mayo de 2008

EL EVANGELIO DEL DIA




Evangelio según San Mateo 6,24-34.


Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.


PALABRA DEL SEÑOR:


GLORIA A TI SEÑOR JESÚS.


HOMILÍA:


«No os preocupéis por vuestra vida» (cf M 6,25)
La creación tiene su bondad y su perfección propias, pero no salió plenamente acabada de las manos del Creador. Fue creada «en estado de vía» (in statu viae) hacia una perfección última todavía por alcanzar, a la que Dios la destinó. Llamamos divina providencia a las disposiciones por las que Dios conduce la obra de su creación hacia esta perfección... El testimonio de la Escritura es unánime: la solicitud de la divina providencia es concreta e inmediata; tiene cuidado de todo, de las cosas más pequeñas hasta los grandes acontecimientos del mundo y de la historia. Las Sagradas Escrituras afirman con fuerza la soberanía absoluta de Dios en el curso de los acontecimientos: «Nuestro Dios en los cielos y en la tierra, todo cuanto le place lo realiza» (Sal 115,3); y de Cristo se dice: «si él abre, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie puede abrir» (Ap 3,7); «hay muchos proyectos en le corazón del hombre, pero sólo el plan de Dios se realiza.» (Prov 29,21)... Jesús pide un abandono filial en la providencia del Padre celestial que cuida de las más pequeñas necesidades de sus hijos: «No andéis, pues, preocupados diciendo: ¡qué vamos a comer, qué vamos a beber?... Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.» (Mt 6,311-33; cf 10,29-31)




Hoy 24 de Mayo, la Iglesia celebra : Marìa Auxiliadora de los Cristianos, San Vicente de Lerin




Evangelio según San Marcos 10,13-16.

Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron.
Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos.
Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él".
Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

HOMILÍA:

«Dejad que los niños se acerquen a mí..., porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos»



El Pastor me ha enseñado una montaña en la cual las hierbas eran verdes y alegres; todo era floreciente, y los rebaños y los pájaros encontraban en él su alimento. Me ha dicho: «Los creyentes venidos de aquí siempre han sido simples, inocentes, felices, sin ningún resentimiento de los unos para con los otros, sino por el contrario, siempre contentos de los servidores de Dios. Revestidos del santo espíritu de las vírgenes, llenos de compasión por todos los hombres, han ayudado, con el sudor de sus frentes, a las necesidades de todos sus semejantes, sin murmurar y con prontitud. Viendo su simplicidad y todo su candor infantil, el Señor ha hecho prosperar todo el trabajo salido de sus manos y ha bendecido todas sus iniciativas... A todos vosotros que obráis así, permaneced tal como sois y vuestra prosperidad será perpetua»...

Después me ha enseñado una montaña muy bella y totalmente blanca: «Aquí los creyentes se parecen a los niños pequeños que no tienen la más pequeña idea del mal; igual que aquellos, nunca han sabido qué es la malicia, sino que han conservado siempre la inocencia de su infancia. Ciertamente que estos hombres habitarán el Reino de Dios, porque no han violado los mandamientos de Dios sino que han perseverado todos los días de su vida en el candor y los sentimientos de su infancia. Todos vosotros, que perseveráis en este camino y sois «como niños», sin malicia, seréis glorificados por encima de los otros, porque todos los niños son gloriosos delante de Dios y los primeros a sus ojos. Bienaventurados, pues, vosotros que rechazáis la malicia para revestiros de inocencia; seréis los primeros en vivir por Dios.

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